El presidente argentino, Javier Milei, podría enfrentar la pérdida de un aliado clave en su administración, el exmandatario Mauricio Macri, líder del partido PRO. La relación entre ambos se ha tensado debido a disputas entre el Gobierno federal y la Ciudad de Buenos Aires, bastión político de Macri y del PRO.
La disputa se centra en dos temas principales: la eliminación de subsidios al transporte público en la capital del país y un conflicto sobre fondos que el Estado nacional debe reembolsar a la Ciudad. El Gobierno de Milei ha decidido transferir el control de 31 líneas de colectivos a la Ciudad, lo que implicaría el fin de los subsidios nacionales y ha generado el rechazo del intendente porteño y primo de Macri, quien ha advertido sobre el colapso de las empresas o un aumento en las tarifas.
Esta controversia encubre una disputa más profunda sobre la devolución de fondos de la coparticipación federal de impuestos que el expresidente Alberto Fernández retiró a la Ciudad en 2020 para ofrecerlos a la provincia de Buenos Aires. La Corte Suprema de Justicia ha dictaminado provisionalmente que la capital debe recibir el 2,95% de los fondos coparticipables, en lugar del 1,4%, y que la devolución debe realizarse diariamente. Sin embargo, esto aún no se ha llevado a cabo, lo que ha resultado en una gran deuda.
A pesar de ser de signo político opuesto, el reclamo de la Ciudad continúa profundizándose durante la administración de Milei. Macri ha instado al actual Gobierno nacional a cumplir con los fallos irrevocables de la Corte Suprema, remarcando la importancia de cumplir la ley.
Anteriormente, Macri había defendido firmemente la gestión de Milei y le había ofrecido su apoyo, especialmente en la aprobación de medidas clave para el Ejecutivo. Sin embargo, los últimos movimientos de Macri sugieren un cambio en su alineamiento, y el PRO ha apoyado proyectos de ley que contradicen las acciones del Gobierno de Milei.
El analista político Roberto Bacman cree que la tensión entre Milei y Macri se debe a la consolidación del oficialismo y su avance sobre el PRO. Macri necesita que el Gobierno tenga conflictos internos para no robustecerse y proteger su figura, por lo que ha decidido no mostrarse como un aliado incondicional del Ejecutivo.