Ayer, en el Concejo de Duitama, se llevaba a cabo una sesión de control político en la que debía estar presente Alejandro Mariño, gerente de Empoduitama, la Empresa de Servicios Públicos Domiciliarios de Duitama. No obstante, Mariño no asistió, enviando una carta en su lugar en la que alegaba que el alcalde Jaime Andrés Rúa lo había comisionado para asistir a una reunión en la Empresa Departamental de Servicios Públicos.
Esta ausencia provocó la ira de varios concejales, quienes se sintieron engañados y propusieron una moción de censura en contra de Mariño, la cual sería votada el sábado siguiente. No obstante, los concejales parecían haber olvidado que, según el Artículo 313 de la Constitución Política, los concejos solo pueden votar mociones de censura en contra de los secretarios de Despacho de las alcaldías, y Mariño no es un secretario, sino un gerente.
En su lugar, lo que se podría hacer es una moción de observación, que es simplemente un llamado de atención, o incluso se podrían remitir copias a la Superintendencia de Servicios Públicos para que investigue a Mariño. El único concejal que intentó abordar este tema fue William Flechas, quien trató de advertir que lo que se debería votar era una moción de observación, aunque erróneamente afirmó que esta figura solo se aplicaba en municipios de menos de 25.000 habitantes.
Por lo tanto, el sábado, en la sesión, los concejales tendrán que retroceder en su intento de censurar a Mariño, y se les ha pedido a los concejales del partido Verde que demuestren que Mariño estuvo en la reunión y que justifique su ausencia en el concejo. Aunque es posible que los concejales no puedan forzar al alcalde a reemplazar a Mariño en esta ocasión, este incidente deja claro que el descontento en torno a Empoduitama está aumentando en la ciudad. Así que, atento, señor gerente, atento.