El punto de discordia entre las partes se generó a partir de la propuesta relacionada con el reclutamiento de empleados migrantes en sus países de origen. Esta medida tenía como finalidad disuadir a las organizaciones criminales que se benefician de la situación. Sin embargo, esta iniciativa no fue bien recibida por todos los interlocutores.
En mi opinión, aunque la idea de contratar trabajadores migrantes en su lugar de origen puede parecer una estrategia efectiva para combatir las mafias, es fundamental considerar las posibles dificultades y resistencias que puedan surgir durante su implementación. Es necesario un diálogo constructivo y una comprensión mutua para encontrar una solución satisfactoria para todas las partes involucradas.