Durante la reciente operación militar, se emplearon proyectiles de alta precisión, diseñados para destruir vehículos blindados. Estos misiles, conocidos como antitanque, están equipados con sistemas de guiado avanzados que les permiten localizar y hitar con exactitud sus objetivos.
Cabe mencionar que el uso de este tipo de armamento no es una novedad en los conflictos bélicos actuales, ya que suelen ser una opción efectiva para neutralizar tanques y otro tipo de blindados. Sin embargo, su utilización siempre representa un riesgo para la población civil, dada la letalidad de estas armas.
En definitiva, la ofensiva en cuestión dejó en evidencia la importancia de contar con tecnología de punta en el campo de batalla, pero también planteó interrogantes sobre la ética y la responsabilidad en el uso de la fuerza.