La reciente inscripción de Daniel Noboa, actual presidente de Ecuador, y Luisa González, candidata del correísmo, ante el Consejo Nacional Electoral CNE para las elecciones de febrero de 2025, señala una posible revancha electoral. En octubre de 2023, ambos compitieron en una reñida segunda vuelta, donde Noboa resultó vencedor por menos de 400.000 votos.
Con la inscripción de las candidaturas, las fuerzas políticas ecuatorianas se preparan para una nueva batalla entre los mismos contendientes, acompañados de otros 15 candidatos y nuevas propuestas para la vicepresidencia. La historia electoral reciente indica que el correísmo tiene la fuerza suficiente para asegurar un lugar en la segunda vuelta, mientras que las divisiones en los sectores conservadores dificultarán sacar a Noboa de la contienda en la primera ronda.
Noboa, quien obtuvo el 23 % de los votos en 2023, logró pasar a la segunda vuelta después del asesinato de Fernando Villavicencio, un candidato favorito en ese momento. Por su parte, González ganó la primera ronda con el 33 % de los apoyos. En aquel entonces, se elegía al sucesor de Guillermo Lasso, cuya administración terminó anticipadamente por la denominada muerte cruzada para evitar un juicio político en el Legislativo.
Las fórmulas vicepresidenciales ya presentadas dan pistas sobre cómo se ajustará la campaña. María José Pinto, actual vicepresidenta, busca mostrar un rostro humano y preocupado por problemas sensibles a la propuesta electoral de Noboa y su partido, Acción Democrática Nacional ADN. El otro integrante del binomio oficialista desempeña un cargo en la secretaría de la oficina estatal Ecuador crece sin desnutrición y debe matizar la mano dura con la que se identifica Noboa.
Por su parte, Noboa destaca su lucha contra la delincuencia en su intento por promocionarse como la solución al grave problema de seguridad del país. El correísmo cuenta con la fuerza suficiente para asegurar un lugar en la segunda vuelta, mientras que las divisiones en los sectores conservadores dificultarán sacar a Noboa de la contienda en la primera ronda. Sin embargo, la estrategia también puede ser un lastre para Noboa, ya que, a pesar de su insistencia en la política represiva, no ha cumplido con su pasada oferta electoral de desarticular las bandas de narcotráfico.
La Revolución Ciudadana RC ha nominado a Diego Borja como candidato a vicepresidente, una decisión similar a la de 2023, cuando Andrés Arauz formó parte del binomio, ya que ambos provienen del gabinete económico del expresidente Rafael Correa. Se espera que la RC, con figuras cercanas al expresidente Correa en su fórmula, intente reconquistar a sus seguidores y ganar en la primera vuelta, algo que no pudo lograr en 2023, cuando quedó siete puntos por debajo del porcentaje requerido legalmente 40 %.
Otros precandidatos notables son el actual presidente del Congreso, Henry Kronfle, del Partido Social Cristiano PSC; Henry Cucalón, del movimiento Construye, al que pertenecía Villavicencio; Andrea González, quien en 2023 acompañó a Villavicencio como fórmula vicepresidencial; y Leonidas Iza, con el aval de Pachakutik. La campaña de 2023 produjo sorpresas, como el ascenso meteórico de Noboa, y por lo tanto, es más difícil hacer predicciones para las elecciones de 2025. No obstante, todo parece indicar que lo más probable es que se produzca un balotaje entre los mismos aspirantes presidenciales de la cita anterior, lo que sería una verdadera revancha.
El gran reto del correísmo es lograr variar las tendencias que se han estancado en las últimas dos elecciones presidenciales 2021 y 2023, donde terminó perdiendo con guarismos muy similares. Para eso, necesitará ganar votos que no provengan de sus filas, por lo que será clave la forma en que se desenvuelva una más experimentada González en la búsqueda de otros nichos de votantes. En los seis meses que restan, Noboa tendrá que mostrar logros, especialmente en el tema de la seguridad, cuando ya ha agotado muchos cartuchos de efectismo, como la militarización y los decretos, lo que no ha podido impedir un descontrol en importantes zonas territoriales tomadas por el narcotráfico. Producir propuestas creíbles en el tema de la seguridad será prioritario para la consecución del triunfo entre dos fuerzas políticas que se han mostrado muy parejas. La campaña anterior estuvo azotada por acontecimientos criminales que no han cesado, por lo que saber manejar los imponderables se convertirá en una herramienta fundamental para sacar ventaja. Quedan aun seis meses, pero la disputa ha comenzado.