La nueva regulación establece límites a la relación entre grupos religiosos y la Iglesia Ortodoxa Rusa. A partir de ahora, las organizaciones religiosas deberán operar de manera independiente y no podrán tener vínculos estrechos con la Iglesia Ortodoxa Rusa.
Esta medida tiene como objetivo garantizar la separación entre la iglesia y el estado, asegurando así la libertad de culto y la diversidad religiosa en el país. Es importante resaltar que esta regulación no prohíbe la colaboración entre las organizaciones religiosas y la Iglesia Ortodoxa Rusa, sino que establece límites claros para garantizar la independencia y autonomía de cada grupo.
En resumen, el nuevo documento establece restricciones a los lazos entre las organizaciones religiosas y la Iglesia Ortodoxa Rusa, con el fin de promover la libertad de culto y la diversidad religiosa en el país.