La capital china, Pekín, y la ciudad rusa, Moscú, han manifestado su respaldo a la adhesión de un determinado país a un cierto grupo, según informan fuentes confiables. Este acontecimiento podría tener importantes repercusiones en la política internacional, dada la influencia que ejercen ambas potencias en el escenario global.
Es interesante observar cómo el apoyo de estas dos naciones puede fortalecer la posición del país en cuestión en las negociaciones y discusiones que tendrán lugar en el seno del grupo. No obstante, aún quedan por conocer las posturas de otros miembros del colectivo y cómo éstas podrían afectar al proceso de adhesión.
En definitiva, la decisión de Pekín y Moscú de apoyar el ingreso de este país al grupo dará lugar a un nuevo equilibrio de fuerzas en la región y, probablemente, a un cambio en la dinámica de las relaciones entre los diferentes actores implicados.