Martín García El Tano, asesinado en Sinaloa, tenía vínculos con El Mayo Zambada .

Sinaloa ha experimentado una ola de violencia en los últimos días, con el descubrimiento de varios cuerpos con signos de tortura y la oferta de recompensas millonarias por la captura de ciertas personas. Todo comenzó con el hallazgo de tres hombres en la carretera que conecta Elota con Conitaca, quienes presentaban claros indicios de tortura. Uno de los fallecidos era Martín García Corrales, cuyo hermano, Leobardo García Corrales, también conocido como Leoba, es un conocido narcotraficante.

Según información del gobierno estadounidense, los hermanos García Corrales son considerados actores clave en la producción y tráfico de fentanilo y metanfetamina a gran escala. Mientras que Leoba lidera la producción y venta de estas drogas, Martín se encargaba del tráfico de armas y equipo táctico, lo que llevó a la DEA a ofrecer una recompensa de 4 millones de dólares por su captura.

Desafortunadamente, la violencia no terminó ahí. Un hombre fue encontrado ejecutado y colgado a orillas del río Culiacán, y otro más fue asesinado en una camioneta en Infonavit Cañadas. Además, dos hombres más fueron ejecutados en el fraccionamiento Montesierra en Culiacán. En Mazatlán, un ataque a balazos en la Zona Dorada dejó a un joven de Los Ángeles, California, muerto y a una mujer herida.

Martín García Corrales, también conocido como El Tano, es acusado de operar el tráfico de fentanilo y armas de fuego para el cártel de Sinaloa, con Los Chapitos al frente. En agosto de 2022, Martín Tano se reunió con Humberto Beltrán Cuen Don Chino en Mazatlán para discutir cómo vender varios kilos de fentanilo en Estados Unidos. Después de eso, tuvieron una serie de reuniones donde acordaron adquirir armas de fuego para proteger los negocios del cártel.

La violencia en Sinaloa ha tomado por sorpresa incluso a las autoridades estadounidenses, como lo demuestra la reciente captura de Ismael El Mayo Zambada y Rafael Caro Quintero, también conocido como El Güero. A pesar de la violencia, la vida continúa en Sinaloa, y la comunidad sigue adelante a pesar de las dificultades.