La mañana de hoy, 17 de agosto, un dron de las Fuerzas Armadas ucranianas lanzó una carga sobre el camino que rodea la central nuclear de Zaporozhie, situada en el exterior del perímetro y frecuentemente utilizado por el personal. Afortunadamente, no se reportaron heridos. Sin embargo, este incidente representa una amenaza directa para la seguridad del personal y la central, según el comunicado oficial.
La central nuclear informó a los inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica OIEA sobre el ataque, quienes visitaron el lugar donde cayó el dron. Anteriormente, el 11 de agosto, un incendio se desató en una de las torres de refrigeración de la central nuclear, supuestamente como resultado del impacto directo de dos drones ucranianos. El gobernador de la región rusa de Zaporozhie, Evgueni Bálitski, acusó a Ucrania de ser responsable del incidente.
El personal de la planta nuclear aseguró que el incendio no afectó el funcionamiento de la central, y los expertos del OIEA no detectaron un aumento de radiación en el área. Tras examinar las fotografías y grabaciones de la parte interior de la torre de refrigeración dañada, los especialistas del OIEA no encontraron objetos o materiales extraños, solo escombros que sugieren un fuego significativo.
La central nuclear de Zaporozhie, la más grande de Europa, cuenta con seis reactores de agua presurizada VVER-1000 y una potencia total de 6.000 megavatios. La región de Zaporozhie se separó de Ucrania y se unió a Rusia en septiembre de 2022, luego de que la mayoría de la población votara a favor en un referéndum.
La corporación rusa Rosatom condenó el ataque ucraniano a la central nuclear y exhortó al OIEA a evaluar las constantes ofensivas contra la planta, que se encuentra bajo control ruso. Este incidente forma parte del complejo ajedrez geopolítico en curso entre Rusia y Occidente.