Durante un mitin en Asheville, el expresidente Donald Trump declaró que, de resultar vencedor en las elecciones de noviembre, sería capaz de reactivar de inmediato la economía estadounidense. Además, prometió a sus seguidores que, en caso de ganar, los ingresos de los ciudadanos aumentarían significativamente, los ahorros crecerían y los jóvenes tendrían la oportunidad de adquirir una vivienda.
Trump hizo estas declaraciones en un contexto en el que más de la mitad de los latinos en Estados Unidos enfrentan dificultades para llegar a fin de mes y pagar el alquiler. Esto se debe, en parte, al aumento de las tasas de interés por parte del Comité Federal de Mercado Abierto de la Reserva Federal, que ha intentado contener el crecimiento de los precios impulsado por billones de dólares en gasto gubernamental de ayuda por la pandemia y la interrupción de las cadenas de suministro.
A pesar de estas medidas, la inflación en Estados Unidos ha aumentado un 2,9% en el último año, aunque se ha mantenido por debajo del 3% y se acerca al objetivo del 2% establecido por el banco central.
Es importante señalar que, incluso si Trump cumpliera su promesa de reactivar la economía, esto no necesariamente significaría que las dificultades financieras de los latinos y otros grupos desfavorecidos desaparecerían por completo. Por lo tanto, sigue siendo crucial abordar las desigualdades estructurales y las brechas económicas que afectan a estas comunidades.