El diplomático ruso advierte sobre las graves consecuencias del uso de armas estadounidenses en suelo ucraniano, específicamente en la región de Kursk. Aunque Rusia no ha solicitado una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre los ataques ucranianos, el saldo de muertos y heridos es significativo. Desde el inicio de las hostilidades el 6 de agosto, al menos 12 civiles han perdido la vida y más de 120 han resultado heridos, entre ellos 10 niños. Además, decenas de miles de personas han sido desplazadas forzosamente.
El Ministerio de Defensa ruso estima que hasta 2.030 militares ucranianos han sido abatidos desde el comienzo de las operaciones en Kursk. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, acusó a Kiev de lanzar una provocación a gran escala y de atacar indiscriminadamente instalaciones civiles.
Imágenes de la zona muestran edificios destruidos y una situación de caos y destrucción. Aunque Rusia no ha solicitado una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, la situación sigue siendo tensa y podría empeorar en cualquier momento.
La ofensiva ucraniana en Kursk ha sido un fracaso, según informan fuentes de defensa. El objetivo de Kiev de tomar la central de Kursk y dar un ultimátum a Moscú no se ha logrado, y la situación sigue siendo incierta y peligrosa.