La crisis económica en Cuba está afectando seriamente a la conservación de las tradiciones artesanales en el país. La escasez de materias primas, el aumento de costos, la disminución del turismo internacional, las restricciones en el acceso a mercados y divisas, y la competencia con productos importados más baratos están presentando desafíos significativos.
Livan Ojeda Rodríguez, un artesano de 34 años, comenzó su oficio a los 17 años después de especializarse en calzado ortopédico. Inicialmente, este emprendimiento fue una forma de aliviar la tensión laboral, pero con el tiempo se convirtió en un negocio familiar que incluye a su esposa Maribel Cabrera y sus dos hijos. Juntos crean una variedad de productos, como calzado, bolsos, carteras, bisutería y cintos, utilizando principalmente cuero, pero también materiales como yute, vidrio y madera.
Sin embargo, el descenso del turismo internacional ha afectado las ventas, que ahora provienen principalmente de clientes nacionales. Esto también ha impactado la obtención de divisas, lo que dificulta la adquisición de algunos productos y herramientas que deben comprarse en moneda extranjera.
El Fondo de Bienes Culturales FBC, una empresa constituida en 1978, es responsable de gestionar los procesos de importación de los insumos necesarios. Sin embargo, la adquisición de estos insumos puede ser costosa y difícil de conseguir en Cuba, lo que hace que el proceso sea aún más desafiante.
A pesar de estos desafíos, el negocio familiar Ojeda-Cabrera ha logrado mantenerse gracias a su enfoque en la creación de piezas lo más artísticas y modernas posible. La marca se esfuerza por definir tendencias adecuadas para jóvenes y adultos, y por ofrecer una mezcla de arte, novedad, gusto y utilidad en cada producto.
Sin embargo, el artesano Livan Ojeda Rodríguez ha señalado la necesidad de una mayor viabilidad y acceso a las mercancías, especialmente en moneda nacional, ya que los artículos que produce se venden en esa moneda y no existe un mercado estable para conseguir divisas.
Otro miembro importante del negocio es Livan Alejandro Ojeda Cabrera, quien ha estado involucrado en el oficio de la artesanía desde su infancia. Aunque estudió técnico veterinario, decidió quedarse en el negocio familiar por su pasión por el trabajo con el cuero.
La artesana Lia Alejandra Ojeda Cabrera, hija de Livan Ojeda Rodríguez, también ha encontrado su lugar en el mundo de la artesanía con su marca propia denominada Bisujandra. Esta marca está destinada a la bisutería y ha sido percibida por la joven de 19 años, quien nació con una parálisis cerebral, como un espacio de expresión y desarrollo creativo.
A pesar de las dificultades económicas en Cuba, la familia Ojeda-Cabrera y otros artesanos como Niurka Cabañas Calvo continúan creando hermosas piezas de artesanía que reflejan la identidad y la cultura cubanas. Su trabajo es una muestra de la resiliencia y la creatividad del pueblo cubano en tiempos difíciles.