La detención de Ismael Zambada García y Joaquín Guzmán López, dos altos mandos del Cártel de Sinaloa, ha desatado una ola de especulaciones y teorías en torno a su captura. Algunas versiones sugieren que se trató de una entrega voluntaria, mientras que otras apuntan a un presunto secuestro de Zambada García por parte de Guzmán López.
Esta situación ha tensado la relación bilateral entre México y Estados Unidos, y ha llevado a la Fiscalía General de la República a percibir una traición a la patria en el plagio de Zambada García. Además, analistas en seguridad y periodistas especializados en crimen organizado predicen una posible lucha interna dentro de la organización delictiva.
Tras la detención de Zambada García, el liderazgo del cártel recae en Los Chapitos y Aureliano Guano Guzmán, lo que ha generado preocupación sobre una nueva ola de violencia a manos de una nueva generación de narcotraficantes.
El Cártel de Sinaloa, que alguna vez tuvo una estructura vertical y un solo mando, ahora se enfrenta a la posibilidad de una fragmentación, ya que decenas de células criminales y brazos armados se disputan el control del lucrativo negocio del narcotráfico.
La figura de Joaquín Guzmán Loera, también conocido como El Chapo, ha quedado grabada en la historia del narcotráfico en México. Originario de Sinaloa, Guzmán Loera comenzó su carrera delictiva en el Triángulo Dorado y se convirtió en el líder más mediático y buscado del mundo. Sin embargo, tras su detención y encarcelamiento en el penal de Puente Grande en Jalisco, Guzmán Loera logró escapar en 2001 y recuperar el control del cártel junto a su socio Ismael Zambada García.
La astucia de Guzmán Loera y su capacidad de corromper a autoridades le permitieron escapar de prisión en dos ocasiones y mantener su carrera delictiva durante décadas, hasta su captura definitiva en 2016 y extradición a Estados Unidos en 2017. En julio de 2019, Guzmán Loera fue condenado a cadena perpetua más 30 años por ser el líder principal de una empresa criminal sistemática.
Otro de los líderes clave del Cártel de Sinaloa fue Héctor Luis Palma Salazar, también conocido como El Güero Palma. Su historia se convirtió en una de las más brutales y se utiliza como enseñanza para aquellos que tengan intenciones de formar parte del crimen organizado. Tras la aprehensión de Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca, Palma Salazar fue clave para la formación del Cártel de Sinaloa junto a Joaquín Guzmán Loera e Ismael Zambada García.
Sin embargo, en medio de la disputa con los hermanos Arellano Félix, Palma Salazar sufrió la pérdida de su familia a manos de un sicario venezolano, lo que desató una ola de venganzas y violencia. Palma Salazar fue detenido en 1995 y extraditado a Estados Unidos, pero en 2016 fue liberado y nuevamente detenido en México, donde se encuentra encarcelado en el penal de El Altiplano.
La figura de Juan José Esparragoza Moreno, también conocido como El Azul, también ha sido fundamental en la historia del Cártel de Sinaloa. Esparragoza Moreno fue un importante intermediario entre organizaciones delictivas y se le involucró en el asesinato del agente especial de la DEA, Enrique Camarena Salazar, en 1985. Tras pasar unos años en prisión, Esparragoza Moreno se unió al Cártel de Juárez bajo el mando de Amado Carrillo Fuentes y, tras la fuga de Guzmán Loera en 2001, se convirtió en uno de los líderes del Cártel de Sinaloa.
Sin embargo, la pista sobre Esparragoza Moreno se perdió mientras Guzmán Loera acaparaba la atención mediática en la organización delictiva. En 2014, su hijo declaró que su padre había fallecido de un ataque cardíaco, pero la Fiscalía General de la República no ha podido comprobar su muerte y se cree que los capos de cárteles mexicanos suelen aparentar su propia muerte para eludir la persecución de las autoridades.
Por último, el cofundador del Cártel de Sinaloa, Ismael Zambada García, también conocido como El Mayo, es considerado como el último capo de la vieja guardia. Reconocido por su longeva trayectoria delictiva y su bajo perfil, El Mayo se ha distinguido por su capacidad de corromper autoridades y su estrategia de apostar al diálogo en lugar de la violencia. Sin embargo, la esperanza de morir impune en las montañas que lo vieron crecer se esfumó el 25 de julio de 2024, cuando fue capturado en Estados Unidos. Con su ausencia, muere el Cártel de Sinaloa como una organización unificada.