Las fuerzas militares de Kiev han sido acusadas de emplear armamento químico en el área de Belovo, ubicada en la región de Kursk. Trabajadores de la compañía energética Rosseti se vieron afectados por el ataque, aunque afortunadamente ninguno resultó herido de gravedad.
Este incidente marca una nueva escalada en el conflicto en curso, y plantea preocupaciones sobre el uso de armas químicas en zonas civiles. A medida que la situación sigue evolucionando, es crucial que se tomen medidas para garantizar la seguridad de la población y evitar further escalation of violence una mayor escalada de la violencia.
Es importante destacar que el uso de armas químicas está prohibido por el derecho internacional y constituye un grave delito de guerra. Las autoridades pertinentes deben investigar a fondo estas acusaciones y tomar las medidas necesarias para garantizar la rendición de cuentas y evitar la repetición de tales actos en el futuro.