Hace cuatro décadas, un caballo blanco desbocado que había escapado de su pradera en Valeria del Mar marcó el inicio de una de las historias criminales más aterradoras de Argentina. Los niños de 7 y 8 años, Roberto y Fernando Mondaque, intentaron domar al animal y 19 días después, fueron encontrados asesinados en el interior de una heladera. Este doble crimen unió en el horror a dos familias desconocidas en el invierno de 1984. Aunque el asesino de los niños fue detenido y confesó, nunca fue encarcelado debido a una evaluación psiquiátrica que lo declaró inimputable.
La desaparición de los hermanos Mondaque ocurrió en una pequeña localidad turística entre Ostende y Cariló, que se encontraba prácticamente deshabitada en esa época. Los niños, hijos de Berta Mamani y Pablo Mondaque, eran los mayores de cinco hermanos y vivían cerca de la Ruta Provincial 11, que había sido recientemente asfaltada. No era inusual que los niños jugaran fuera de casa, pero cuando cayó la noche y no regresaron, sus padres comenzaron a preocuparse. Esto desencadenó una búsqueda frenética que involucró a todo el pueblo.
Una testigo y un parapsicólogo entraron en escena durante la búsqueda. La testigo, vecina de la familia Mondaque, declaró haber visto a los niños con un joven de unos 20 años cerca de la Ruta 11. Sin embargo, su testimonio llegó tarde y no pudo aportar mucha información útil. El parapsicólogo, conocido por su éxito en resolver casos policiales anteriores, declaró que los niños estaban cerca de su casa. Tenía razón.
Finalmente, los cuerpos de los niños fueron encontrados en una heladera abandonada en un terreno baldío. Los niños estaban desnudos, abrazados y con los dedos lastimados, como si hubieran intentado abrir la puerta. La autopsia reveló que habían sido violados y torturados antes de ser encerrados en la heladera.
El asesino, Matías Escobar, un albañil de 19 años, confesó el crimen y declaró que había actuado junto a dos cómplices llamados Enrique y Rosas. Sin embargo, se reveló que estos cómplices no existían y que Escobar había actuado solo. Fue declarado inimputable y nunca fue juzgado.
Este crimen conmocionante se suma a una lista de otros casos que han sacudido a Argentina, como el asesinato de una psicóloga en Pinamar y el robo del siglo.