El 20 de junio de 2004, día en que se celebra el Día del Padre, Laura Marisa González, de 16 años, desapareció sin dejar rastro en la localidad bonaerense de Lomas de Zamora. Laura vivía con su madre y sus hermanos menores, mientras que sus dos hermanos mayores estaban con su padre. Ese día, Laura estaba a cargo de sus hermanos mientras su madre trabajaba. Según contó su padre, Carlos González, en una entrevista con TN, Laura salió de su casa sin decir nada y sin llevar documentos, lo que hace suponer que fue raptada de la vía pública.
La búsqueda de Laura ha sido infructuosa durante 20 años, y su padre continúa buscándola incansablemente. Pueden pasar 30 años, pero todo se termina recién cuando la vida termina, dijo Carlos a TN. Yo puedo vivir mucho más y el dolor va a seguir hasta que sepa algo concreto de mi hija.
La desaparición de Laura ocurrió en un momento en que las redes sociales y los teléfonos móviles no eran tan comunes como lo son hoy en día. En esos años no había celulares, redes sociales, cámaras, era mucho más difícil, uno hacía la denuncia y quedaba todo archivado, no había gente que se movilizara, no era una costumbre lamentablemente, explicó Carlos.
La madre de Laura le había dicho que la esperara, ya que le daría dinero para salir con una amiga a las 15 horas. Sin embargo, Laura ya no estaba cuando su madre regresó a casa. Le preguntó a sus otros hijos y ellos le dijeron que se había ido, pero no regresó, relató Carlos.
La búsqueda de Laura ha sido difícil y desalentadora, y su padre ha recibido poca ayuda de las autoridades policiales. A mí me ha llamado gente dándome pistas falsas, guiándome a lugares peligrosos, diciéndome está en tal zona. En ese tiempo estaba ciego, solo y dispuesto a ir a donde sea, dijo Carlos.
La familia de Laura ha buscado en hospitales, morgues y padrones de votantes, pero nunca la han encontrado. La busqué en los padrones cuando iba a votar, pero nunca la encontré, no figuraba, relató Claudia, la hermana de Laura.
La investigación de la desaparición de Laura no ha avanzado en 20 años, y su padre sigue buscándola sin descanso. Siempre tendré la esperanza de recibir un llamado de ella. Una persona que comparta su foto es una gran esperanza. Ojalá alguien algún día la pueda ver y la reconozca y me llame, concluyó Carlos.