El pasado 8 de agosto, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció la retirada temporal de la red social X, anteriormente conocida como Twitter, en el país suramericano. La medida se tomó durante una transmisión en cadena nacional, donde Maduro acusó a la plataforma de ser utilizada como un arma de guerra psicológica por potencias extranjeras en el contexto de un asedio multidimensional liderado por Estados Unidos.
Para profundizar en las implicaciones de esta decisión, Sputnik entrevistó a Emilio Hernández, doctor en Ciencias Computacionales de la Universidad de Southampton y profesor de Computación y Redes en la Universidad Simón Bolívar. Hernández resaltó el historial de intervención política de X, propiedad de Elon Musk, y mencionó la Primavera Árabe como uno de los primeros casos en los que la red social desempeñó un papel protagónico. Esto se debió en gran parte a las características inherentes de la plataforma, que en ese momento era más destacada y funcionaba con una conexión a internet más lenta en comparación con la actualidad.
Además, Hernández subrayó el cambio en el enfoque de X bajo la dirección de Elon Musk, quien ha alineado la red social con sectores conservadores a nivel global. De acuerdo con el académico, X ahora toma partido abiertamente contra las opciones de izquierda en todo el mundo.
La vinculación de las redes sociales con intereses extranjeros también ha suscitado preocupación, especialmente en el contexto venezolano. Hernández señaló que el financiamiento inicial de capitales de riesgo para plataformas de comunicación siempre tiene un sesgo político, y que estos capitales suelen estar apoyados por el Pentágono, el Estado profundo o la CIA de los Estados Unidos. The Intercept reveló en un reportaje extenso que el ecosistema de redes sociales, propiedad de conglomerados tecnológicos en los Estados Unidos, había sido financiado en sus inicios por capitales de riesgo asociados a la CIA, en particular In-Q-Tel investments.
En respuesta a la creciente influencia de las redes sociales, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, propuso la creación de una red social mexicana en 2021 para evitar que la libertad de expresión se vea amenazada por intereses privados. Sin embargo, Dominique Correa, articulista, señaló que aunque la idea no es ingenua, enfrenta varios obstáculos, como la necesidad de alcanzar una masa crítica de usuarios para competir con plataformas establecidas como Facebook.
En el caso venezolano, el propio presidente Maduro ha expresado su visión de que surgirán nuevas redes sociales nacionales, lo que permitiría a Venezuela liberarse de la influencia externa. Hernández coincide con esta idea y sugiere que el éxito de una red social latinoamericana dependería de los atractivos o beneficios adicionales que ofrezca a los usuarios para incentivar su adopción.