Hace una década, el futbolista sueco Zlatan Ibrahimovic experimentó una pérdida personal que lo marcó profundamente: la muerte de su hermano Sapko a causa de un cáncer. En su recién publicado libro Adrenalina: Mis historias desconocidas, Ibrahimovic comparte sus recuerdos y sentimientos sobre la última etapa de la vida de su hermano.
Antes de que Sapko falleciera a los 40 años, Ibrahimovic afirma haber rezado a Dios diariamente. Sin embargo, la muerte de su hermano lo hizo cuestionar su fe y preguntarse dónde estaba Dios en ese momento difícil. En la entrevista con The Athletic, Ibrahimovic expresó su creencia en el respeto y en la idea de que cada persona es su propio dios.
El futbolista recordó cómo se sintió durante el funeral de su hermano, cuando se paró frente al ataúd con una pala de tierra en la mano. Al pensar en cubrir el ataúd, Ibrahimovic se sintió abrumado por la impotencia y la tristeza, ya que en su mente, su hermano seguía vivo. A pesar de los años transcurridos, Ibrahimovic sigue luchando por aceptar la realidad de la muerte de Sapko.
En la misma entrevista, Ibrahimovic habló sobre su infancia y su educación religiosa, ya que su madre es católica y su padre es musulmán. Aunque no ha adoptado una religión específica, Ibrahimovic cree en el poder de la oración y agradece a Dios todos los días. Sin embargo, en momentos de dolor y pérdida, Ibrahimovic cuestiona la existencia de un poder divino y se enfoca en ser su propio dios.
En resumen, la entrevista de Zlatan Ibrahimovic con The Athletic ofrece una perspectiva única sobre la fe y la pérdida personal. A pesar de su fama y éxito en el mundo del fútbol, Ibrahimovic no teme compartir sus luchas internas y su búsqueda de significado en la vida.