En las últimas semanas, los mercados globales han experimentado días negros, con caídas significativas en las bolsas de todo el mundo. El Nikkei japonés sufrió una disminución del 12%, mientras que las sobrevaloradas acciones tecnológicas de Silicon Valley también experimentaron una fuerte bajada. Esto ha llevado a una situación de volatilidad en la que cualquier noticia negativa, como el aumento del desempleo en EEUU, podría hacer estallar la burbuja especulativa.
Según Bloomberg, la evaporación de 6,4 billones de dólares solo es el comienzo de un gran ajuste. Además del alto nivel de desempleo en EEUU, se avecina una recesión cada vez más rígida. El experto británico Ambrose Evans-Pritchard incluso advierte que, aunque la tormenta inmediata pueda pasar, las nubes negras seguirán sobre la economía estadounidense.
La Reserva Federal de EEUU, encargada de salvaguardar los intereses de los principales bancos de Wall Street, ha subido los tipos de interés para combatir la inflación doméstica, pero esto podría llevar a un escenario aún peor de estanflación, una combinación de inflación y estancamiento.
La economía estadounidense se ha visto reforzada por la economía de guerra en Ucrania y Gaza, pero la eurozona se encuentra en plena estancación y la economía de la Unión Europea en su conjunto, liderada por Alemania, ha continuado su desindustrialización.
La narrativa dominante atribuye la crisis a la subida mínima de las tasas de interés de Japón y al famoso carry trade, pero se echa en falta el factor geopolítico: la inminente derrota en Ucrania de la OTAN, que frena de repente la economía de guerra de EEUU.
En resumen, los acontecimientos recientes en los mercados globales indican la necesidad de un cambio estructural en la economía mundial. La crisis del carry trade y la guerra de los chips entre EEUU y China son factores importantes a considerar en el mundo del dolarcentrismo bursátil. Además, la reciente caída de las llamadas Siete Magníficas de Silicon Valley y la pérdida de tres billones de dólares en su conjunto son eventos relevantes que no se pueden ignorar.
La situación actual también ha puesto de manifiesto la necesidad de crear un nuevo orden geofinanciero global y quizá hasta el lanzamiento de una nueva divisa del bloque BRICS, como apunté en mi libro Nuevo orden geofinanciero multipolar: desdolarización y divisa BRICS. La cumbre 16 de los BRICS en Kazán será una oportunidad importante para abordar estos temas y buscar soluciones a los desafíos actuales.