El Antiguo Testamento, un libro de gran influencia en la historia humana, es compartido y reconocido por judíos, cristianos y musulmanes por igual. Sus pasajes no solo se mencionan en el contexto de la religión y la espiritualidad, sino también en el arte, la cultura y el refranero popular. Sin embargo, para muchas personas, sigue siendo un conjunto de historias inconexas. Por ejemplo, cuántos católicos podrían identificar correctamente quién fue David, Abraham, Moisés o Noé
El rey David es conocido por haber derrotado a Goliat, pero fue la misma persona que gobernó Israel Si Dios creó al hombre y a la mujer en el sexto día, cómo es que creó a Eva de la costilla de Adán Y, sobre todo, por qué hablamos de dos Testamentos, cuando podríamos hablar de cuatro o cinco
La palabra Testamento en la Biblia es en realidad una mala traducción. La Biblia Septuaginta, la primera versión en latín de la Biblia hebrea y griega, fue traducida por San Jerónimo y se convirtió en la Biblia Vulgata. Sin embargo, los traductores que le siguieron utilizaron el término latino testamentum para traducir la palabra griega diatheké, que significa alianza. El verdadero significado que los primeros redactores de la Biblia hebrea y griega querían transmitir era el de una alianza o compromiso entre Dios y los hombres a lo largo de la historia de la Salvación.
Existen hasta cinco grandes alianzas en la Biblia. La primera es la Alianza de Noé, donde Dios establece un pacto con toda la humanidad después del diluvio y lo sella con el arco iris. La segunda es la Alianza de Abraham, donde Dios promete actuar con un solo pueblo para reunir a todas las naciones del mundo. La tercera es la Alianza de Moisés, donde Dios explica cómo los hombres deben actuar para no romper el trato con el Altísimo.
La cuarta alianza es la de Jesucristo, que amplía y supera las alianzas anteriores. A través de esta alianza, Dios viene a decir: Ya que no me hacéis caso cuando os digo qué tenéis que hacer, lo voy a hacer Yo mismo para que sigáis mi ejemplo. La quinta alianza es la del Pentecostés, donde el Espíritu Santo promete la asistencia a los hijos de Dios hasta el final de los tiempos.
A pesar de que los hombres rompen constantemente su compromiso con Dios, Él sigue dando oportunidades para volver a empezar. La suma del Antiguo y del Nuevo Testamento es el relato de la inagotable alianza de Dios con los hombres y con cada hombre. El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar existiendo y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. Apoya a El Nacional para seguir trabajando por un periodismo libre de censuras.