La autopsia practicada en el cuerpo de Rocío González, la policía bonaerense asesinada en Bolívar por su exmarido, Germán Alejandro Olivares, reveló que la víctima presentaba marcas de defensa y había recibido 27 puñaladas en el pecho y cuello. El informe detalló que las heridas provocaron cortes y perforación pulmonar, lo que causó una hemorragia y un hemotórax, llevando a Rocío a la muerte por fallo respiratorio.