Descenso de El Mayo desata enfrentamientos en el desierto de Sonora

La reciente captura de Ismael El Mayo Zambada, líder del Cártel de Sinaloa, ha generado diversas reacciones y especulaciones sobre el futuro del narcotráfico en México y Estados Unidos. Mientras que algunos consideran que su detención debilitará al cártel, otros advierten que podría dar lugar al surgimiento de nuevos grupos criminales.

En el desierto de Sonora, frontera con Arizona, se encuentra el epicentro de este movimiento telúrico. La zona ha sido durante décadas una de las rutas migrantes más importantes y lucrativas para el cártel. Con el arresto de El Mayo, se ha desatado un aumento de tarifas por parte de los grupos armados que controlan el paso, aprovechando la incertidumbre y nerviosismo generados por la captura del capo.

Un hondureño en ruta hacia Estados Unidos, Marion N., ha experimentado en carne propia este incremento. Desde Chiapas, donde esperaba el tren que lo llevaría más al norte, se enteró de la detención de El Mayo y del consecuente aumento en las tarifas de los polleros traficantes de personas. De 10 mil dólares, ahora debe pagar 14 mil por él y su esposa, una cifra que refleja la desesperación de los grupos criminales por obtener el mayor beneficio posible en un futuro incierto.

Dora Rodríguez, activista de derechos humanos en la zona, ha sido testigo de los horrores que sufren los migrantes en su paso por el desierto de Sonora. Desde la asistencia a personas desesperadas por sed y con quemaduras solares graves, hasta el hallazgo de cuerpos sin vida, la ruta migrante es una fuente de ingresos millonaria para los cárteles, que obtienen alrededor de 13 mil millones de dólares anuales por tráfico humano, según el Congreso de Estados Unidos.

Tras el arresto de El Mayo y otro líder del cártel, Joaquín Guzmán López, el 25 de julio, Dora Rodríguez y sus colaboradores han notado un cambio en el comportamiento de los grupos criminales. Por primera vez en muchos años, personas armadas se acercaron a ellos mientras brindaban ayuda a los migrantes, tomando fotos y videos. Ante esta situación, los voluntarios han decidido no dar sus nombres ni exponerse frente a los grupos armados, ya que no llevan armas, solo botellas de agua.

La historia de la ruta migrante en el desierto de Sonora está marcada por la violencia y la lucha por el control de los territorios. Tras la detención y extradición de Joaquín El Chapo Guzmán en 2017, diversas facciones del Cártel de Sinaloa han acelerado su ruptura, dando lugar a cinco grupos que se disputan el control de los migrantes: Los Chapitos, Los Salazar, Los Guanos, la gente de Rafael Caro Quintero y la tropa del El Mayo Zambada. Cada facción cuenta con grupos violentos que se enfrentan entre sí por llevar más migrantes hacia el norte.

La guerra por el control de la ruta migrante ha convertido a municipios aledaños en un infierno. Altar, Santa Ana, Pueblo Nuevo, Caborca, El Yaqui y Benjamín Hill son algunos de los pueblos que han sufrido las consecuencias de esta violencia, con un aumento de asesinatos y desplazamientos forzados. El Sásabe, que llegó a tener 2500 habitantes, hoy cuenta con menos de 100, y la plaza principal de Benjamín Hill fue escenario de un asesinato atroz en noviembre del año pasado, atribuido al mando de El Mayo Zambada y su odio hacia Los Chapitos.

Con la ausencia de El Mayo Zambada, algunos expertos advierten que podría surgir un nuevo grupo criminal en la zona: el Cártel Jalisco Nueva Generación CJNG, que tiene células importantes en el sur de California y que podría aprovechar la ausencia del capo para moverse al desierto y conquistar ese millonario pedazo de tierra. La caída de El Mayo también podría afectar el tráfico de migrantes, ya que hay células criminales que no saben vivir sin su mando.

Sin embargo, la ausencia de El Mayo Zambada no ha significado el final de la violencia en la zona. Pocos días después de su detención, el gobierno estadounidense anunció el decomiso de fentanilo más grande en la historia de Aduanas y Protección Fronteriza CBP en la garita de Lukeville, Arizona, región que dominaba Zambada García. Este operativo, realizado sin un solo disparo, sugiere que la lucha por el control del narcotráfico y la migración en la zona continuará, independientemente de quién esté al mando del Cártel de Sinaloa.