El título de esta noticia poco tiene que ver con la actual situación académica, social, política y periodística que atraviesa Colombia en su proceso de cambio, el cual parece estar retrocediendo. Algunos quedan insatisfechos con las cifras, mientras que otros las acomodan a su conveniencia, pero lo cierto es que nos dirigimos hacia un camino difícil en los próximos 730 días que faltan para el próximo gobierno.
Cada día que pasa, como en un calendario de hojas, veremos cómo se suceden las horas, y los segundos se harán eternos, ya que serán semanas de anuncios, disputas, acusaciones y hasta componendas para justificarse y sostenerse en el poder. Hemos abogado por la necesidad de contar con veedurías sólidas, multidisciplinarias y participativas, pero parece que nos cansamos de desgastarnos en las tareas por el bien común y nos hemos vuelto inmediatistas o cómodos cuando se trata de estar atentos a lo que nos rodea.
Las instancias de control político en concejos, asambleas, cámaras de representantes y senado no parecen dar los resultados deseados, y en su lugar, vemos espectáculos llamativos con presentaciones deslumbrantes que no ofrecen respuestas satisfactorias a las necesidades de la comunidad. Todo se reduce a una serie de justificaciones y frenos de mano para evitar asumir responsabilidades y señalar a los culpables de los resultados de los programas, proyectos y eventos financiados con fondos públicos.
Este problema se presenta en todos los niveles, y luego vienen las lamentaciones y el derroche de superávits heredados de administraciones anteriores. Es hora de que adelantemos acciones en los más de 1.002 municipios de Colombia, con sus habitantes y entornos. Somos una nación de instituciones fuertes y resilientes, y podemos tomar el ejemplo de personas como el gimnasta Ángel Gabriel Barajas Vivas, quien con su historia de vida y su camino por recorrer, demuestra que podemos superar los obstáculos y actuar con sentido de pertenencia.
Los colombianos y cada región están en silencio, algo callados, otros muy dolidos, padeciendo y esperando un cambio. El Papa Francisco ha hecho un breve pronunciamiento, y hoy le pedimos que sea el garante de una sociedad en democracia, y si es informada, mucho mejor. En la cuenta regresiva que vivimos en Colombia, Venezuela y en otros rincones del mundo, sufrimos, y necesitamos un líder que nos guíe hacia un futuro mejor.