El pasado fin de semana, la lujosa mansión de Lionel Messi en Ibiza, España, fue el objetivo de un grupo de activistas que luchan contra la crisis climática. La vivienda, valorada en 11 millones de euros, fue pintada de rojo y negro como forma de protesta, ya que, según el colectivo Futuro Vegetal, se trata de una construcción ilegal.
En su comunicado, los activistas denuncian que, mientras Messi disfruta de su mansión en Ibiza, en las Islas Baleares han muerto entre 2 y 4 personas a causa de la ola de calor. Además, señalan que el 1% más rico de la población es responsable de la misma cantidad de emisiones de carbono que los dos tercios más pobres.
El colectivo Futuro Vegetal ha compartido en sus redes sociales varias fotografías en las que se ven activistas posando dentro y fuera de la casa, en espacios como el campo de fútbol y la piscina. También se les ve con una pancarta que reza Help the planet. Eat the rich. Abolish the police Ayuda al planeta. Cómete a los ricos. Abolición de policía.
Esta no es la primera vez que el colectivo Futuro Vegetal realiza una acción de este tipo en Ibiza. El año pasado, rociaron con pintura negra las cerezas de la discoteca Pacha y entraron al club playero de lujo Blue Marlin de Cala Jondal. También pintaron un jet privado, un yate Kaos y un carro Lamborghini de Nancy Walton Laurie, la millonaria que heredó la compañía Walmart.
La mansión de Messi no es la única propiedad en Ibiza que ha sido señalada por el colectivo. En septiembre de 2022, el Ayuntamiento de Sant Josep informó que calificaba de grave, como mínimo, la infracción urbanística detectada en las propiedades que fueron construidas en la villa de Cala Tarida, donde Messi adquirió su mansión unos meses antes.
Hasta el momento, Messi y su esposa, Antonela Roccuzzo, no se han pronunciado sobre la situación.