Juan Jesús es uno de los aproximadamente 500.000 trabajadores de plataformas digitales en México, según cifras de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social del país. Anteriormente, trabajaba en la construcción, pero a los 34 años y con dos hijos, decidió unirse a estas aplicaciones para aumentar sus ingresos. Actualmente, realiza alrededor de 20 viajes al día, trabajando de lunes a domingo durante jornadas de 8 a 12 horas. Su ganancia semanal promedio es de 4.000 a 5.000 pesos mexicanos, equivalentes a 200-260 dólares. No obstante, Juan Jesús ha sido víctima de intentos de asalto mientras trabajaba. Un cliente lo amenazó con un cuchillo después de hacer un pedido falso para pagar en efectivo. Aunque logró evitar el robo inicial, más tarde fue víctima de un asalto armado con una pistola.
El estrés laboral y las condiciones precarias de los trabajadores de plataformas digitales en México han llevado a la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, a anunciar que su gobierno priorizará una reforma para formalizar el trabajo de los repartidores. Su objetivo es garantizar los derechos de los trabajadores y mejorar sus condiciones de trabajo, las cuales actualmente carecen de seguridad social y están en constante riesgo en el espacio público.
El abogado laboralista José Alfonso Aparicio Velázquez afirma que las plataformas de delivery venden una imagen idealizada de sus repartidores, cuando en realidad estos trabajan en condiciones de subordinación. Aunque las aplicaciones permiten a los repartidores determinar su tiempo de trabajo, en la práctica, deben trabajar más de 8 horas al día para obtener un ingreso digno. Además, el abogado señala que la subordinación no se limita a un horario determinado o un centro de trabajo, sino que también incluye instrucciones, mando y dirección, y el poder sancionatorio del empleador.
Juan Jesús, el repartidor que fue víctima de asalto, desea recibir más apoyo de la plataforma de delivery para la que trabaja. Sin embargo, está dispuesto a firmar un contrato laboral solo si las condiciones son adecuadas. Actualmente, muchos repartidores carecen de seguridad social y están expuestos a riesgos en el trabajo, como accidentes viales y violencia de género.
Saúl Gómez, fundador del colectivo Ni un repartidor menos, destaca que los accidentes viales son una de las principales preocupaciones de los repartidores. Cerca de 300 repartidores han perdido la vida en accidentes de tránsito en los últimos seis años, y solo dos de esos casos han recibido justicia. Además, muchos repartidores gravemente heridos no cuentan con seguro social para recibir atención médica y una incapacidad con goce de sueldo.
El colectivo Ni un repartidor menos y Ni una repartidora menos buscan apoyar y proteger a los trabajadores de plataformas digitales, brindándoles una red de apoyo y acompañamiento en casos de violencia y acoso sexual. A pesar de la disposición de las plataformas para aportar a la seguridad social de los repartidores, no han considerado el reconocimiento de la subordinación y la relación laboral con los trabajadores.