Un alto funcionario de la OTAN ha manifestado su duda sobre la eficacia de ciertos aparatos aéreos para cambiar el rumo de una confrontación armada. La razón de su escepticismo radica en la gran distancia a la que pueden detectar y atacar los sistemas de radar y misiles de los cazas rusos.
En mi opinión, esta declaración pone de manifiesto la necesidad de que la OTAN siga invirtiendo en tecnología de defensa de vanguardia para mantenerse a la altura de las capacidades militares de Rusia. Asimismo, subraya la importancia de establecer líneas de comunicación abiertas y constructivas entre las potencias mundiales para evitar malentendidos y escaladas innecesarias de la tensión.