En esta ocasión, los demócratas se enfrentan a un proceso de selección de candidato a vicepresidente acelerado, ya que el anuncio de la renuncia de Joe Biden se produjo apenas 9 días atrás. Históricamente, este proceso puede durar meses e incluye una investigación exhaustiva de las finanzas, vida personal y trayectoria del aspirante.
Sin embargo, la coyuntura electoral ha llevado a los demócratas a adaptarse a una campaña dinámica, lo que implica plazos más breves para la búsqueda del nuevo candidato a vicepresidente. La vicepresidenta Kamala Harris asumirá el papel protagónico en la fórmula demócrata y deberá seleccionar a su compañero de fórmula antes de su nominación formal en la Convención Nacional Demócrata en Chicago.
Existen varios nombres en la lista de aspirantes a acompañar a Harris, la mayoría de ellos poco conocidos para el gran público. El objetivo es ampliar el atractivo de la pareja presidencial y garantizar su competitividad en las grandes urbes y en estados más tradicionalistas.
Mark Kelly, senador de Arizona, es uno de los favoritos para ser elegido. Su experiencia en la política fronteriza y su popularidad en el estado podrían ayudar a Harris a capturar votos en un estado clave. No obstante, su falta de experiencia política y el riesgo de perder una banca demócrata en el Senado son aspectos en contra.
Josh Shapiro, gobernador de Pensilvania, es otro candidato fuerte. Su capacidad como orador y su perfil similar al de Barack Obama podrían ser de gran ayuda en los actos de campaña y presentaciones mediáticas. Sin embargo, sus posturas contrarias a los sindicatos y a favor de Israel podrían perjudicar a Harris con los votantes de clase obrera, jóvenes y progresistas.
Tim Walz, gobernador de Minnesota, ha emergido como un inesperado favorito en la contienda. Sus entrevistas en canales de televisión y su imagen afable y directa podrían ser beneficiosos para Harris, quien es percibida como demasiado fría e intelectual. No obstante, su falta de experiencia nacional y el hecho de ser gobernador de un estado donde los republicanos no ganan las presidenciales en más de 50 años podrían restar atractivo a su candidatura.
Andy Beshear, gobernador de Kentucky, es otro político moderado que podría ayudar a Harris a ganar en los estados del cinturón de óxido. Su juventud y falta de experiencia nacional, sin embargo, podrían llevar a los estrategas demócratas a esperar su mandato como gobernador estatal para presentarlo como candidato a la presidencia en el futuro.
Pete Buttigieg, exalcalde de South Bend, Indiana, es el candidato más conocido de la lista. Su éxito en las primarias demócratas de 2020 y su actual posición como secretario de Transporte de Biden lo convierten en un aspirante fuerte. Sin embargo, la pregunta es si su perfil se complementa adecuadamente con el de Harris y si aportará suficiente valor a la fórmula demócrata.