En el pasado, las zonas fronterizas entre Bolivia y Argentina experimentaban un intenso movimiento comercial y migratorio. Los productos y las personas fluían a través de pasos legales e ilegales, especialmente a lo largo de ríos. Sin embargo, la situación ha cambiado drásticamente en los primeros nueve meses de la presidencia de Javier Milei en Argentina.
La nueva administración ha tenido un impacto significativo en la economía de la población argentina y, por extensión, en las ciudades vecinas de Bolivia. Sputnik recientemente visitó Villazón, una ciudad boliviana fronteriza con La Quiaca, Argentina, ambas a una altitud de 3.500 metros sobre el nivel del mar. El frío del altiplano se siente especialmente en la zona comercial, que ahora luce desierta en comparación con el pasado.
Antes, los argentinos cruzaban la frontera para abastecerse de productos básicos como aceite y harina, ya que eran más baratos en Argentina. Sin embargo, con el aumento de precios permitido por el gobierno liberal de Milei, la situación se ha invertido. Ahora son los bolivianos quienes van a Argentina en busca de mejores precios.
La señora Victoria, quien vende hojas de coca y aparatos electrónicos en la avenida República Argentina, ha notado un descenso en las compras de argentinos. Ella atribuye esto al aumento de precios en Bolivia, donde el dólar se ha vuelto escaso, lo que ha llevado a la formación de un mercado paralelo.
Esta situación ha afectado a los comerciantes de ambos lados de la frontera. La señora Candelaria Quispe, quien vende artesanías andinas y hojas de coca en Villazón, ha notado un aumento semanal en los precios de los productos. A pesar de esto, ella y otros comerciantes intentan mantener los precios asequibles para los clientes.
El transporte y el alojamiento generan movimiento de dinero en la economía local, y los comerciantes como Quispe y Victoria esperan que las autoridades tomen medidas para mejorar la situación. A pesar de los desafíos, siguen esperando un milagro en la frontera.