Un trágico incidente tuvo lugar en una escuela de Kabul, donde se encontraba instalado un hospital de campaña. Al menos 30 personas, entre ellas niños, perdieron la vida como resultado de este ataque.
Es lamentable que en medio de una pandemia mundial, en la que se necesitan más que nunca los servicios de salud, se produzcan este tipo de ataques que solo traen dolor y sufrimiento a la población civil. Resulta especialmente preocupante el número de niños afectados, quienes merecen un entorno seguro y protegido para crecer y desarrollarse.
Las autoridades correspondientes deben tomar medidas inmediatas para investigar este incidente y garantizar la seguridad de los ciudadanos y los trabajadores de la salud que se esfuerzan por brindar atención médica en medio de circunstancias difíciles. Además, es necesario que se tomen acciones concretas para prevenir la ocurrencia de este tipo de ataques en el futuro y garantizar la protección de los civiles en zonas de conflicto.