Tres individuos, Yelitza Rodríguez, Miriam de Palma y José, se encuentran en la entrada de la estación de metro La California, en la avenida Francisco de Miranda, distribuyendo volantes desde las 10:00 de la mañana en Petare. Visten camisetas amarillas con la insignia de la boleta electoral de las elecciones presidenciales de este domingo, resaltando al candidato de la oposición Edmundo González. Inician conversaciones con los transeúntes, informándoles sobre su derecho al voto y alentándolos a elegir al exdiplomático, quien es apoyado por la inhabilitada María Corina Machado, y representa el cambio en Venezuela.
Petare es conocido como el barrio más grande de América Latina y uno de los más pobres de Venezuela. Históricamente, ha sido gobernado por diversos partidos políticos, incluyendo el Partido Socialista Unido de Venezuela PSUV y partidos opositores. En la actualidad, los residentes afirman que muchos de los férreos seguidores del chavismo en el barrio han dejado de apoyar a Nicolás Maduro, y se espera una avalancha de votos para la dupla de Vente Venezuela en las próximas elecciones.
Miriam, una ama de casa que ha vivido en Petare durante la mayor parte de su vida, señala que la entrada al barrio ha sido mejorada recientemente en preparación para las elecciones. Aunque su hijo, exempleado del Ministerio del Interior, emigró del país hace algunos años después de ser acusado de espionaje por el gobierno de Maduro, ella y su esposo continúan viviendo en el barrio.
A medida que se acercan las elecciones, los carteles de campaña para la reelección de Nicolás Maduro son cada vez menos visibles en las calles de Petare. Miriam destaca que la gente ya no cuelga su bandera de Venezuela como solían hacerlo antes. Ella y Yelitza son líderes de la oposición en el barrio y afirman que, en el pasado, la zona estaba llena de seguidores del chavismo, pero que ahora solo quedan unos pocos.
Carlos Ávila, un técnico de refrigeración de 65 años, es un ejemplo de quienes han dejado de apoyar la revolución bolivariana. Planea votar en las próximas elecciones para sacar a Maduro del poder. Aunque en el pasado había considerado tatuarse la cara de Hugo Chávez en su pecho, ahora está agradecido de no haberlo hecho. Ávila, quien ha vivido en Petare durante 20 años, trabajó en el Consejo Comunal de Sucre, donde comenzó a desilusionarse con el gobierno. La escasez de agua, luz y gasolina, así como la crisis económica y humanitaria que enfrenta el país, lo llevaron a distanciarse del chavismo.
La hermana de Ávila, quien es chavista, discute con él sobre la situación política. Aunque ella teme represalias si vota en contra del gobierno, Ávila no tiene miedo y está dispuesto a morir por sus creencias. Rosa de Silva, una residente de 70 años, también se siente esperanzada de cara a las próximas elecciones. Aunque ha recibido represalias en el pasado por votar en contra del gobierno, ahora siente que la situación está más tranquila y tiene fe en el triunfo de la oposición. Su hermana, Gladis de Silva, quien antes era militante del chavismo, ahora apoya a la oposición y desea que Javier Milei venga a sacar a Maduro del poder.
El periodismo independiente necesita el apoyo de sus lectores para continuar brindando noticias incómodas que no quieren que leas. Apoya a El Nacional para garantizar la continuidad de un periodismo libre de censuras.