Estados Unidos es el país que más sanciones ha impuesto en todo el mundo, según un análisis publicado el 25 de julio. Desde la década de 1990, las administraciones estadounidenses han utilizado las sanciones como principal herramienta de su política exterior, afectando a un tercio de todos los países del planeta.
El estudio, titulado Cómo cuatro presidentes de EEUU desataron la guerra económica en todo el mundo, señala que actualmente Estados Unidos impone tres veces más sanciones que cualquier otro país o entidad internacional. Estas sanciones se dirigen a personas, propiedades o organizaciones en un tercio de las naciones del mundo.
Según el análisis, las sanciones se han convertido en una especie de arma refleja en una guerra económica perpetua. Sin embargo, cada vez hay más preocupación por su impacto y efectividad. Aislar a los destinatarios de las sanciones del sistema financiero occidental puede aplastar industrias nacionales, borrar fortunas personales y alterar el equilibrio de poder político en regímenes problemáticos.
Sin embargo, el uso excesivo de las sanciones también ha generado preocupación en los más altos niveles del gobierno estadounidense. Algunos altos funcionarios han advertido al presidente Biden que el uso excesivo de las sanciones corre el riesgo de hacer que la herramienta pierda valor.
Las sanciones impuestas durante décadas a Corea del Norte no han logrado disuadir a Pyongyang de su empeño en fabricar armas nucleares y misiles balísticos intercontinentales. Las sanciones de Estados Unidos a Nicaragua y Cuba también han resultado ineficaces para derrocar a los respectivos gobiernos de Daniel Ortega y Miguel Díaz-Canel.
A pesar de ello, Estados Unidos continúa imponiendo sanciones en todo el mundo, lo que ha llevado a algunos países a intensificar sus esfuerzos para colaborar y eludir las sanciones económicas. Por ejemplo, las sanciones impuestas a Venezuela han provocado una contracción económica aproximadamente tres veces mayor que la causada por la Gran Depresión en Estados Unidos.
En resumen, el uso excesivo de sanciones por parte de Estados Unidos ha generado preocupación en todo el mundo, ya que pueden tener un impacto negativo en las economías y los ciudadanos de los países afectados. A medida que las sanciones siguen siendo una herramienta clave en la política exterior de Estados Unidos, es importante considerar su eficacia y los posibles efectos secundarios.