La tarde del martes, un deslizamiento de tierra desafortunado provocó la caída de un árbol, arrebatando la vida de un hombre en la colonia Lomas del Paraíso III. Los heroicos bomberos y equipos de Protección Civil de Guadalajara acudieron al lugar para brindar asistencia, sin embargo, para el miércoles, los residentes locales manifestaron su preocupación por no haber recibido noticias de las autoridades, quienes aparentemente abandonaron la zona sin limpiar los escombros y ramas que dañaron varias viviendas.
El trágico incidente ocurrió en la calle Fermín Rivera, en la intersección con Onofre Gómez Portugal. Inicialmente se rumoreaba que varias personas habían resultado heridas, pero las autoridades desmintieron rápidamente este rumor y confirmaron que solo una persona había perdido la vida. Gracias al valioso apoyo de un binomio canino, el cuerpo sin vida fue localizado.
Arturo García, coordinador de Protección Civil y Bomberos de Guadalajara, declaró que se llevarían a cabo investigaciones para descartar la posibilidad de que otras personas hubieran perecido en el derrumbe. Posteriormente, se evaluaría el nivel de riesgo en la zona.
El intrépido canino que participó en la búsqueda, entrenado profesionalmente para detectar víctimas en estructuras colapsadas, responde al nombre de Duque. Actualmente, la unidad de búsqueda y rescate, junto con el personal del escuadrón canino, está trabajando arduamente para garantizar la seguridad de todos.
El alcalde interino de Guadalajara, Francisco Ramírez Salcido, prometió brindar apoyo a los afectados por este terrible incidente y aseguró que el municipio de Guadalajara hará todo lo posible para ayudar a las familias afectadas.
Sin embargo, los residentes locales expresaron su frustración al señalar que no habían recibido información sobre el seguimiento de las autoridades en el lugar. La falta de acción ha dejado a los vecinos en incertidumbre y preocupados por su seguridad.
A pesar de que algunos residentes han regresado a sus hogares, otros permanecen cautelosos y prefieren mantenerse alejados del área. Los vecinos llevan más de 25 años viviendo en esta zona y nunca habían experimentado una situación tan alarmante, ya que solo habían tenido pequeños desprendimientos de piedras y arena.
Por lo tanto, los residentes hacen un llamado a las autoridades para que retiren los escombros y reparen las bardas dañadas en los patios que quedaron bajo las ramas y los escombros. La seguridad y el bienestar de la comunidad deben ser una prioridad absoluta en estos momentos difíciles.