Toda Turquía se encuentra hoy llena de júbilo y orgullo por la actuación de su selección en la Eurocopa, a pesar de haber sido derrotada a manos de los Países Bajos El equipo turco ha dejado una huella imborrable en Alemania, no solo entre los aficionados locales sino también en los espectadores de todo el mundo. Su pasión y entrega en el terreno de juego han sido elogiadas hasta el cansancio.
Sin embargo, la indignación se ha apoderado de Turquía debido a la actuación arbitral del francés Clement Turpin. Los aficionados turcos están convencidos de que el centrocampista neerlandés Xavi Simons debió haber sido expulsado con tarjeta roja directa por una dura entrada a Meret Müldur durante la primera parte, castigada solo con una tarjeta amarilla.
Medios como Fanatik y Fotomac no han dudado en criticar la decisión de Turpin, tildándola de escandalosa y sin sentido. Según estos medios, la decisión del árbitro impidió que Turquía pudiera llevarse la victoria en el partido. Un claro ejemplo de cómo el arbitraje puede influir en el resultado final de un partido