Bajo la amenaza de perder los beneficios sociales y con la presencia intimidante de la Milicia Bolivariana, los venezolanos acudieron en masa a votar en la simulación electoral del 30 de junio de 2024 en Caracas. Este ensayo, según el régimen de Nicolás Maduro, es una preparación para las elecciones presidenciales del 28 de julio, pero los expertos advierten que el chavismo está reforzando su maquinaria de control y coacción.
Jesús Castellanos, politólogo y exfuncionario del Poder Electoral, destacó la activación de mecanismos de control social mucho más fuertes durante este simulacro. La Fuerza Armada y los milicianos desempeñaron un papel importante, y los medios de comunicación fueron víctimas de abusos. A pesar de que el chavismo promovió más el simulacro del referendo sobre el Esequibo que el ensayo de las elecciones presidenciales, la participación ciudadana fue significativa.
Luis Peche Arteaga, fundador de la consultora Sala 58, advirtió que todo voto coaccionado representa un delito electoral. Sin embargo, la capacidad de movilización del chavismo sigue siendo una incógnita. Peche instó a la oposición a recordar que el voto es secreto y que la decisión final la toma el elector en la máquina de votación.
El simulacro dejó a Castellanos sorprendido por la falta de cifras de participación después del evento, a diferencia de las anteriores ocasiones. No obstante, admitió que hubo una movilización importante, respondiendo al Partido Socialista Unido de Venezuela y sus tácticas de control social. También señaló un interés renovado por parte de los ciudadanos en el proceso electoral.
El Consejo Nacional Electoral elogió la abrumadora participación en el simulacro y afirmó que el promedio de tiempo de votación fue de 38 segundos. Peche cree que hay un mayor interés por parte de la población en relación con las presidenciales, y estima que la participación en el evento del 28 de julio será de entre 67% y 70%.
Castellanos advirtió que el oficialismo utilizará todos los recursos a su disposición, incluyendo el ventajismo institucional, para asegurar su victoria el 28 de julio. La oposición democrática debe concentrarse en la formación de miembros de mesa y testigos para evitar la asistencia ilegal de votantes y garantizar el voto secreto.
Peche instó a la oposición a tener una gran red de testigos electorales en todo el país, y María Corina Machado anunció que la oposición democrática ya tiene el 98% de los testigos para cuidar los votos el 28 de julio. Castellanos subrayó la importancia de verificar todos los mecanismos de coacción y coerción al elector para minimizar las irregularidades en el proceso electoral.