Exclusiva Venezuela y Estados Unidos retoman el diálogo después de años de tensiones y enfrentamientos. Solo faltan 23 días para las cruciales elecciones en las que el polémico Nicolás Maduro busca su reelección, mientras que la oposición lucha por arrebatarle el poder con una supuesta ventaja en las encuestas.
Jorge Rodríguez, mano derecha de Maduro, reveló que el objetivo principal de estas conversaciones es mejorar las relaciones entre los dos países. La primera reunión se llevó a cabo de manera virtual, y se espera que la próxima semana tengan lugar encuentros cara a cara en México.
Sin embargo, la oposición venezolana parece estar marginada de este proceso, al menos por ahora. La Plataforma Unitaria, la principal organización opositora, está informada sobre las negociaciones, pero aún no forma parte de ellas. Se espera que se unan al diálogo una vez que se concreten las reuniones presenciales.
El politólogo Carlos Zambrano cree que este acercamiento podría ser clave para Maduro, quien necesita negociar su salida del poder debido a las encuestas que lo sitúan en desventaja frente al candidato opositor Edmundo González. Además, el tiempo juega en su contra, ya que las elecciones están a la vuelta de la esquina.
Las conversaciones entre Washington y Caracas no son algo nuevo, ya que ambas partes han sostenido reuniones en secreto durante los últimos dos años. Sin embargo, esta nueva etapa de negociaciones podría verse influenciada por la petición de Maduro de eliminar la recompensa de 15 millones de dólares por su captura, entre otras condiciones.
El director de la firma Datanálisis, Luis Vicente León, cree que una negociación solo puede concretarse si ambas partes creen que ganarán algo valioso a cambio. En este caso, EE. UU. desea que Maduro lleve a cabo las elecciones sin suspenderlas ni inhabilitar a los candidatos, mientras que el gobierno venezolano busca garantías de reconocimiento internacional si logra controlar las elecciones a través de la ingeniería electoral.
María Corina Machado, líder de la oposición venezolana, se mostró cautelosa sobre el restablecimiento de las conversaciones y subrayó que lo más importante es que algo salga de ellas. Aseguró que el conflicto venezolano es una prioridad para EE. UU. y la región, y que la única manera de que Maduro se mantenga en el poder es a la fuerza, lo que tendría graves consecuencias en términos de seguridad nacional y migración.