Tres supervivientes de la trágica derrota alemana en la semifinal del Mundial de Sudáfrica 2010 se preparan para revivir el pasado cuando Alemania se enfrente a España en los cuartos de final de la Eurocopa. Toni Kroos, Manuel Neuer y Thomas Müller son los únicos jugadores que quedan de aquel fatídico día que cambió el destino de la Roja.
Müller, en particular, lleva una espina clavada desde aquel entonces. Aunque Kroos y Neuer también sintieron el amargo sabor de la derrota, la mayor espina la sintió Müller, quien fue el jugador clave en la ofensiva alemana en aquel torneo.
Con la presión de llevar el dorsal 13, heredado de Michael Ballack, Müller era casi un desconocido en el escenario internacional en ese momento. Sin embargo, su explosión en Múnich lo llevó a ser convocado para el equipo nacional y desde entonces se convirtió en un jugador clave en el once titular de Alemania.
Müller demostró su valía en los momentos cruciales del torneo, anotando goles importantes en los octavos y cuartos de final contra Inglaterra e Argentina, respectivamente. Sin embargo, una tarjeta amarilla en el partido contra Argentina lo dejó fuera de la semifinal contra España, una decisión que le pesó mucho.
A pesar de que España ganó el partido por un gol de Puyol, Müller demostró su valía en el partido por el tercer y cuarto puesto contra Uruguay, anotando el primer gol y ganando la Bota de Oro del torneo.
Desde entonces, Müller ha tenido una relación complicada con la selección española, habiendo jugado solo tres partidos contra ellos, con una victoria, un empate y una derrota. Sin embargo, esta vez, Müller no es titular, pero su experiencia y liderazgo serán vitales para el equipo alemán en el banquillo.
Con una nueva generación de jóvenes talentos como Lamine Yamal y Nico Williams liderando el camino en la Eurocopa, Müller estará listo para compartir su sabiduría y experiencia con el equipo alemán en su búsqueda por vengarse de la derrota de 2010.