Hace más de un siglo, en 1916, en Buenos Aires, se llevó a cabo el primer torneo que luego se conocería como la Copa América, donde ya se encontraban cara a cara los eternos rivales, Uruguay y Brasil, en un cuadrangular que también incluía a Argentina y Chile. Y el campeón fue... Uruguay
Desde entonces, la celeste y la canarinha han mantenido una rivalidad sin igual, que ha llevado a momentos históricos que cambiaron el rumbo del fútbol para ambos países. Uno de esos momentos fue la final de la Copa del Mundo de 1950 en Maracaná, donde Brasil, necesitando solo un empate para consagrarse campeón, y luego de ir ganando 1-0 en el segundo tiempo, terminó perdiendo 2-1 con goles de Schiaffino y Ghiggia, entregándole la gloria a Uruguay y dejando a 200.000 espectadores boquiabiertos.
Este partido, conocido como el Maracanazo, tuvo un gran impacto en Brasil, que juró venganza y se propuso ser campeón del mundo. Y así fue, ya que en 1958, con tan solo 17 años, Pelé llevó a Brasil a la gloria en Suecia. Pero el Maracanazo también tuvo un efecto inesperado en la indumentaria de la selección brasileña, ya que después de la derrota, se decidió cambiar la tradicional camiseta blanca por una nueva, verde y amarilla, que se convirtió en el símbolo de los triunfos subsiguientes.
El Maracanazo también tuvo un gran impacto en la forma en que los brasileños recuerdan su historia futbolística. En el Museo del Fútbol Brasileño, en San Pablo, se puede ver un video sobre la final de 1950 que se repite una y otra vez, obligando a cada visitante a recordar la derrota más dolorosa de Brasil.
Uruguay y Brasil se han enfrentado muchas veces desde entonces, y cada partido es una oportunidad para que los dos países demuestren su pasión por el fútbol. El último choque fue en octubre de 2021 en Montevideo, donde Uruguay venció a Brasil, quebrando un largo invicto del rival.
Ahora, se preparan para enfrentarse en Las Vegas, en un partido que promete ser histórico. Poco importa el tamaño de cada nación, ya que cuando se trata de Uruguay y Brasil, el fútbol siempre está en juego.