Tremenda e indignante injusticia Hace exactamente tres años, Javier Tarazona, valiente defensor de los derechos humanos en la frontera venezolana, profesor universitario y director de FundaRedes, fue arrestado de manera arbitraria y víctima de una desaparición forzada que duró más de 33 horras. Posteriormente, fue ilegalmente encarcelado en la siniestra sede del Helicoide en Caracas.
Clara Ramírez, directora interina de la organización de derechos humanos, resaltó que Tarazona ha tenido que superar innumerables obstáculos y enfrentar un juicio totalmente viciado, que ha sido interrumpido y reiniciado en varias ocasiones. Un proceso plagado de irregularidades donde se le acusa sin pruebas de traición a la patria, incitación al odio y terrorismo
Tarazona, un hombre con problemas de salud graves, ha visto afectada seriamente su salud durante estos tres años de cautiverio. Su vida y su integridad física están en manos del Estado venezolano, que lo mantiene bajo su custodia
Ramírez exigió con vehemencia la liberación inmediata y plena de Tarazona, al cumplirse tres años de esta detención arbitraria. Un claro ejemplo de cómo el gobierno venezolano criminaliza a los defensores de derechos humanos y materializa las amenazas y actos de acoso en su contra
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