SANTANDER, 28 de Junio. EUROPA PRESS - La jornada de ayer en Santander estuvo marcada por un acto de profundo significado y recuerdo, en el que la presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, hizo entrega de las primeras Medallas a las Víctimas del Terrorismo a los infortunados fallecidos en los atentados de La Albericia en 1992 y del Patronato Militar Virgen del Puerto de Santoña en 2008.
Durante el homenaje, celebrado en el Casyc Up de Santander, Buruaga hizo un llamamiento a la dignidad, el reconocimiento, la memoria y la justicia para aquellos que perdieron la vida en actos terroristas y para sus deudos, a quienes Cantabria paga una deuda inmensa contraída hace demasiado tiempo.
La máxima representante de la comunidad autónoma también tuvo palabras de agradecimiento para los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado por su valiente compromiso en la lucha contra el terrorismo y su labor incansable de protección y asistencia a las víctimas.
Las cuatro palabras clave -dignidad, reconocimiento, memoria y justicia- están grabadas en las medallas como un recordatorio perpetuo y un homenaje a las víctimas del terrorismo y a sus valerosos defensores. Estas palabras simbolizan el pesar, el respaldo y el profundo respeto y admiración del pueblo cántabro hacia aquellos que han sufrido a manos del terrorismo.
Hace poco más de un año, el Parlamento aprobó por unanimidad la Ley de Reconocimiento, Homenaje, Memoria y Dignidad a las Víctimas del Terrorismo, una muestra de apoyo total a honrar a las víctimas y reconocer su sufrimiento, y de brindarles contención a través de actos de justicia y reparación.
La presidenta también subrayó que su Gobierno ha trabajado incansablemente para cumplir con el objetivo de proteger a las víctimas y preservar su memoria, creando la Dirección General de Justicia y Víctimas del Terrorismo y un programa específico para honrar los compromisos de reparación y reconocimiento.
Además, el Ejecutivo ha regulado las indemnizaciones y ayudas por fallecimiento y daños, y las distinciones honoríficas, y trabaja en la normativa que completará esta protección con medidas concretas en materia de asistencia sanitaria, psicológica y social especializada, ayudas al estudio y al empleo, o a una vivienda en caso de necesidad de traslado.
Buruaga recordó a todas las víctimas del terrorismo en España, entre ellas a Miguel Ángel Blanco y a las víctimas del 11M. También a los 398 agentes de policía asesinados en atentados terroristas, la mayoría de ellos a manos de ETA por el simple hecho de representar los mejores valores de este país.
La presidenta resaltó que las víctimas del terrorismo son un ejemplo de vida que muestra a la sociedad el camino para fortalecer las convicciones del país, de la patria que une y acoge, pero no olvida, porque a su juicio la fortaleza de una sociedad cohesionada y de una convivencia en paz residen en la memoria.
Por este motivo, hizo un llamamiento a transmitir a las nuevas generaciones que ya nacieron sin el terror de ETA que el Estado de Derecho se impuso a la barbarie, que la labor abnegada de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado venció a los criminales y que la democracia ganó al terrorismo etarra.
Como demócratas, no podemos consentir que se reescriba la historia para blanquear el rastro oscuro del terrorismo. Aquí no cabe ni el relativismo ni el olvido, concluyó.
En este 27 de junio, fecha simbólica en la que se cumplen 64 años de la muerte de Begoña Urroz, una niña de 22 meses que murió en un atentado bomba en la estación de Amara, en Guipúzcoa, por parte del Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación, reiteró el compromiso de Cantabria con las víctimas y anunció que este homenaje tendrá continuidad en años sucesivos.