Explosivo El sangriento legado de El Chapo Guzmán: Así es como la muerte de sus lugartenientes y familiares directos no ha detenido el imperio del Cártel de Sinaloa.
El Cártel de Sinaloa, la temible organización criminal liderada por el famoso narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán, ha demostrado ser un formidable enemigo a pesar de la muerte y captura de sus principales figuras. La historia de este cártel está marcada por la violencia, el poder, y la capacidad de reorganizarse una y otra vez.
Un ejemplo claro de esta dinámica es la supervivencia del cártel tras la detención y extradición de El Chapo a los Estados Unidos. A pesar de la pérdida de su líder, el Cártel de Sinaloa ha continuado dominando el tráfico de drogas y manteniendo su imperio, incluso después del abatimiento de diversos jefes de plaza.
La muerte de El Chore, un importante jefe de plaza de la facción del Cártel de Sinaloa encabezada por Los Chapitos, hijos de Joaquín Guzmán Loera, es una prueba de la resistencia del cártel. El Chore, cuyo verdadero nombre era Raúl Carrasco Lechuga, fue abatido en un enfrentamiento armado en Sinaloa en junio de 2024. Su cercanía a Iván Archivaldo Guzmán Salazar lo convirtió en un objetivo prioritario de la justicia mexicana, pero su muerte no ha detenido las operaciones del cártel.
Otro caso similar es el del Cheyo Ántrax, Eliseo Imperial Castro, quien fue líder de un peligroso brazo armado del Cártel de Sinaloa. Su muerte en mayo de 2024 a manos de civiles armados no ha detenido las actividades del cártel, y la Fiscalía General del Estado continúa investigando el móvil del asesinato.
La historia se repite en Zacatecas, donde el abatimiento de El Gordo, jefe de plaza del Cártel de Sinaloa, generó disturbios y narcobloqueos en diversos puntos del estado. A pesar de la muerte de El Gordo, el cártel continúa disputando el estado con el Cártel Jalisco Nueva Generación CJNG.
La capacidad de reorganización y resistencia del Cártel de Sinaloa es sorprendente, y la muerte de sus lugartenientes y familiares directos no ha logrado detener su imperio. La guerra por el control de las principales plazas y rutas para el trasiego de drogas continúa, y el Cártel de Sinaloa sigue siendo una de las organizaciones criminales más poderosas de México.