Fuerzas del Orden dispersan multitud de jóvenes en San Juan que intentaban asaltar una discoteca. Exclusivo

ALICANTE, 24 Jun. EUROPA PRESS - Un centenar de jóvenes descontrolados y con ganas de fiesta provocan un auténtico caos en las calles de Alicante La Policía Nacional ha tenido que intervenir para disolver a una multitud que intentaba entrar a una conocida barraca durante las fiestas de San Juan, según ha informado Jefatura en un comunicado.

La trifulca comenzó sobre las 1:30 de la madrugada, cuando la seguridad privada de la barraca alertó a la Policía de que un grupo enorme de jóvenes, entre los que se encontraban también menores de edad, intentaban forzar la entrada sin pagar el precio correspondiente. Estos jóvenes se enfrentaron incluso a los vigilantes de seguridad para poder colarse sin desembolsar un solo euro

Al llegar al lugar, los agentes se toparon con una verdadera batalla campal: unas 100-150 personas generando disturbios, no solo contra los guardias de seguridad, sino también contra los transeúntes que pasaban por allí. Estos jóvenes incluso intentaron derribar las vallas de la barraca para acceder al interior sin haber abonado antes la entrada

La Policía intentó calmar los ánimos en repetidas ocasiones, pero la actitud hostil y agresiva de la multitud no cesaba. Estas personas ponían en peligro su propia seguridad y la de los demás, tanto a los que estaban dentro como fuera de la barraca, así como a los propios vigilantes y policías que trataban de calmar la situación

Tras varios intentos fallidos de apaciguar a la turba, la Policía Nacional se vio obligada a utilizar la fuerza mínima indispensable para disolver a la multitud, que se disgregaba por las calles adyacentes pero volvía a reunirse una y otra vez para seguir intentando entrar a la barraca.

Después de varios intentos, la Policía Nacional finalmente logró disolver la multitud y, por el momento, no se han practicado detenciones. No obstante, las autoridades continúan investigando los hechos y ya han informado a la autoridad judicial. Un comportamiento absolutamente inaceptable que no puede ser tolerado en ninguna celebración