Explosivo El Oro Verde de Michoacán: el cultivo que convirtió a México en el mayor productor mundial de aguacate y financia al crimen organizado
Michoacán, México, se ha convertido en el verdadero Dorado gracias al oro verde: el aguacate. Con el majestuoso Océano Pacífico al oeste y las frondosas montañas de la Sierra Madre del Sur, el clima cálido y subhúmedo de Michoacán ha creado el entorno perfecto para el cultivo de aguacate, posicionando a México como el primer productor a nivel global.
Según las previsiones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos USDA, se espera que la producción de aguacate en México llegue a las 2,77 millones de toneladas métricas en 2024, lo que representa un crecimiento del 5% respecto a los datos de 2023. Los Estados Unidos, con una participación del 81%, es el principal mercado para las exportaciones de aguacate mexicano, aunque no es la única relación comercial que une a ambas naciones.
Michoacán, el Alma de México, también es conocido como el hogar de organizaciones criminales que han logrado infiltrarse en operaciones de exportación internacionales ilegales, como el narcotráfico. La ubicación geográfica estratégica de Michoacán lo convierte en un territorio clave para grupos delictivos que buscan controlar el Puerto Lázaro Cárdenas y los laboratorios clandestinos de drogas sintéticas en las montañas de la sierra.
Actualmente, Michoacán es escenario de una encarnizada batalla entre el Cártel Jalisco Nueva Generación CJNG y un conglomerado de grupos criminales locales conocidos como Cárteles Unidos. La entidad ha visto nacer a varias células criminales a lo largo de los años, como Los Pájaro Sierra, Los Viagras, Los Caballeros Templarios, y La Familia Michoacana, todas ellas involucradas en el lucrativo negocio del tráfico de drogas desde Centro y Sudamérica hasta Estados Unidos.
El Cártel del Milenio sentó las bases del narcotráfico en Michoacán, y de sus remanentes surgió una dupla poderosa y peligrosa: el Cártel Jalisco Nueva Generación CJNG y Los Cuinis. Durante la primera década de los 2000, La Federación, una alianza de cárteles liderada por el Cártel de Sinaloa y el de los Beltrán Leyva, controlaba el lucrativo negocio del tráfico de drogas en México, incluyendo Michoacán.
Ignacio Coronel, alias Nacho Coronel, coordinaba las actividades delictivas de La Federación en la zona occidente del país, donde ya se habían establecido grupos criminales locales como el Cártel de Colima y el Cártel del Milenio. Armando Valencia Cornelio, líder del Cártel del Milenio, nació en Uruapan y comenzó su carrera en el narcotráfico en 1985, trabajando para Miguel Ángel Félix Gallardo, otrora líder del Cártel de Guadalajara.
Tras la caída del Jefe de Jefes, Valencia Cornelio comenzó a operar para el Cártel de Juárez y el Cártel de Colima, donde los hermanos Amezcua Contreras ya se habían ganado el pseudónimo de Los Reyes de la Metanfetamina. La faceta de traficantes de droga de la familia Valencia fue poco conocida, pero encontraron la forma de legitimarse ante las autoridades y las comunidades de Michoacán a través de una industria legal: el aguacate.
El Cártel del Aguacate
La maldición del aguacate: el cultivo que financia al crimen organizado en Michoacán
La familia Valencia se dedicaba a la producción de aguacate, la cual experimentó su primer auge en las regiones de Uruapan y Tancítaro. La familia invirtió y administró directamente al menos seis granjas de aguacate y abrió varias empaquetadoras de aguacate. En la década de 1990, la organización Valencia fue apodada como el Cártel del aguacate o Los reyes del aguacate.
El crimen organizado en la industria aguacatera
El citado análisis publicado por la organización civil Iniciativa Global: contra la delincuencia organizada transnacional sostiene que la implicación del crimen organizado en la industria aguacatera se ha dado en distintas actividades que van desde el despojo de tierras para convertirlas en terrenos agrícolas, hasta la extorsión y el lavado de dinero.
El imperio criminal que Armando Valencia Cornelio inició con el Cártel del Milenio y con granjas de aguacate en Michoacán terminó por propiciar el surgimiento de dos grupos criminales que, en conjunto, se consolidan como una empresa criminal continua y dinámica cuyo combate se ha convertido en un objetivo principal para Estados Unidos y México.