Explosivo El Poder Judicial pone fin a las ambiciones de la FGR contra Débora Schlam, excolaboradora de Murillo Karam
La justicia mexicana ha dado un giro inesperado en el caso de Débora Schlam, exdirectora general de Programación y Presupuesto, quien trabajó de la mano de Jesús Murillo Karam, el controvertido exprocurador general de la República. Increíble, pero cierto Los tribunales han desestimado las acusaciones en contra de Schlam, quien fue señalada por un supuesto desvío de 111 millones de pesos de la Partida de Gastos de Seguridad Pública y Nacional.
El Primer Tribunal Colegiado de Apelación en Materia Penal en la Ciudad de México confirmó la resolución de una jueza de control del Centro de Justicia Penal Federal en el reclusorio Oriente, que rechazó enlazar a Schlam con proceso en dos causas penales. Estas decisiones se tomaron a mediados de abril y principios de mayo, poniendo fin a estos asuntos de una vez por todas.
La Fiscalía General de la República FGR intentó responsabilizar a Schlam por los probables delitos de uso indebido de atribuciones y facultades, fraude equiparado, peculado y asociación delictuosa. Sin embargo, los jueces no encontraron pruebas suficientes para vincularla con estos cargos.
El caso se remonta al oficio circular DGPP0032014, en el que Schlam ordenó transferir el remanente de los recursos de la partida de Gastos de Seguridad Pública y Nacional a la cuenta bancaria de la Dirección General de Seguridad Institucional. La FGR alegó que los recursos públicos se erogaron a través de siete pagos a diversas empresas privadas para la contratación de productos y servicios que no estaban permitidos por la partida presupuestal 33701.
Sin embargo, el Tribunal de Apelación determinó que la FGR no pudo acreditar el nexo causal entre los fondos públicos y la aplicación distinta a la que estaban destinados. Además, no se presentó ningún dictamen en contabilidad respecto de dichos fondos, lo que dejó en entredicho las acusaciones contra Schlam.
En la otra causa penal, la FGR pretendió responsabilizar a Schlam por los pagos de la supuesta adquisición de equipos de comunicación, en los que se usaron más de 11 millones de pesos. No obstante, el tribunal determinó que no existía certeza de las operaciones a las que la FGR hizo referencia, ya que no se presentaron técnicas de investigación que permitieran dar seguimiento a los movimientos entre las cuentas bancarias de la Federación y las empresas privadas.
Este sorprendente giro de los acontecimientos deja en entredicho la persecución de la FGR contra Schlam y, posiblemente, pone en tela de juicio la solidez de las pruebas presentadas por la fiscalía en otros casos. Una verdadera bomba en el mundo de la justicia mexicana