Drama en la colonia Tabacalera de la alcaldía Cuauhtémoc en CDMX Un padre y su hijo, de 19 años, se convirtieron en blanco de una brutal tentativa de asalto que desembocó en una balacera a plena luz del día, cerca de la estación de metro Revolución. La violencia sin control en las calles de la capital mexicana
El motivo de tan lamentable suceso: el joven había acordado encontrarse con unos desconocidos para comprar un teléfono celular que había visto en redes sociales. Pero las cosas tomaron un giro trágico cuando el menor fue interceptado por delincuentes.
Un adolescente de 17 años había acudido al lugar para concretar la transacción, pero fue atacado por los maleantes. Un tercer individuo, al percatarse de la situación, intentó mediar para calmar los ánimos, pero fue salvajemente golpeado hasta morir a manos de los presuntos ladrones.
El padre del muchacho, de 38 años, al ver a su hijo en apuros, intervino en la trifulca. Durante el forcejeo, el hombre logró arrebatarle el arma a uno de los agresores, pero desafortunadamente, en medio del altercado, se accionó el arma, hiriendo a un cómplice de 19 años en la clavícula.
La balacera se saldó con una persona fallecida y al menos dos heridos de bala. La víctima fue el valiente samaritano que intentó poner paz en el enfrentamiento. El joven herido fue trasladado a un hospital para recibir atención médica.
La policía de la CDMX llegó rápidamente al lugar de los hechos, en la avenida México-Tenochtitlán, donde hallaron al samaritano sin vida sobre la acera. Las autoridades, gracias al monitoreo de las cámaras de seguridad, lograron identificar y dar con el paradero de una de las sospechosas, una mujer de 31 años, que intentaba huir en un vehículo color vino.
El padre del joven también fue llevado ante un agente del Ministerio Público para aclarar los hechos. Además, se informó de un hombre que habría sido ingresado en un hospital con una herida en el cráneo, quien también podría estar relacionado con el caso. Este nuevo dato será crucial para esclarecer el suceso y conocer su verdadera magnitud.
La ola de violencia no cesa en la Ciudad de México, y esta trágica historia es una muestra más de la necesidad de tomar medidas urgentes para garantizar la seguridad de los ciudadanos. No podemos permitir que la delincuencia siga sembrando el terror en nuestras calles