La leyenda del talentoso Rodolfo Bravo continúa Su versatilidad y habilidad siguen siendo recordadas en el mundo del espectáculo, después de un trágico accidente que truncó su carrera. Nacido el 7 de septiembre de 1952, Bravo estudió teatro en la Pontificia Universidad Católica de Chile y se desempeñó como docente en la misma área.
Su andadura teatral estuvo marcada por obras como Los payasos de la esperanza, Los bufones de Shakespeare, La vida es un sueño, El burgués gentilhombre, Almas perdidas, El burlador de Sevilla y Muerte accidental de un anarquista, por la que ganó el prestigioso premio Altazor al mejor actor teatral.
En 1984, Bravo debutó en la televisión con La Torre 10 de TVN, interpretando a Valerio Díaz. Luego apareció en Marta a las ocho 1985, El prisionero de la medianoche 1985, La Villa 1986, La Quintrala 1987 y Crónica de un hombre santo 1990. Su paso por TVN incluyó apariciones en Ámame 1993, Rojo y miel 1994 y Loca Piel 1996.
Tras unirse al área dramática de Canal 13, Bravo participó en Amándote 1998, Fuera de control 1999, Sabor a ti 2000 y Piel Canela 2001, que se emitía en el momento de su muerte. Su carrera en el cine incluyó películas como Consuelo 1989, No tan lejos de Andrómeda 1999, Johnny cien pesos 1993 y El fotógrafo 2002.
Sin embargo, Bravo es más recordado por su faceta humorística y sus divertidos personajes. Trabajando junto a Pato Torres en el programa Mediomundo de Canal 13, crearon el sketch Los Fisicoculturistas, que arrancó carcajadas al público. Su personaje del mecánico Peyo en la serie de comedia Los Cárcamo 1998-1999 también es recordado con cariño.
El 5 de noviembre de 2001, Rodolfo Bravo falleció en un accidente automovilístico en Cajón del Maipo, a la edad de 49 años. Su muerte conmocionó al mundo actoral y sus compañeros lo recordaron con cariño y admiración. Dejando un gran legado en el mundo del espectáculo, su trabajo sigue siendo apreciado y disfrutado por muchos.