En la precordillera de Peñalolén, vive un intrépido aventurero llamado Luis Andaur Zurita, de 57 años. Su hogar está adornado con un gran cuadro de un elefante africano junto a una acacia, con un atardecer sabanero de fondo. A su alrededor, dos máquinas de flipper, un bajo eléctrico y decenas de figuritas de animales de diversas partes del mundo. Sus tres perros, abrigados con chalequitos, se pasean y descansan en la casa.
Andaur Zurita, un periodista de aventuras, ha vivido una vida llena de emocionantes historias y anécdotas, algunas de ellas cercanas a la muerte. Desde su niñez en La Cisterna, donde se interesó por los animales y el deporte aventura, ha escalado las mayores cumbres de América, como el Aconcagua y el Ojos de Salado, y ha estado cara a cara con las serpientes más peligrosas del planeta. Ha sobrevivido a recónditas regiones de África y Asia, ha tenido romances y ha sido parte de un reality show. Incluso, ha visto la famosa luz al final del túnel después de una serie de trombosis derivadas de una condición genética.
Hoy en día, se dedica a recorrer Chile y a compartir sus vivencias a través de su cuenta de Instagram @andaur.luis, donde tiene más de 400 mil seguidores. Además, utiliza sus redes sociales para entregar mensajes y denuncias sobre la protección del medio ambiente. A pesar de tener pocos detractores, Andaur Zurita valora la crítica constructiva y no se deja afectar por los comentarios negativos.
La infancia de Andaur Zurita estuvo marcada por su amor a los animales y su falta de interés en las actividades típicas de su edad. En el colegio, prefería pasar el tiempo solo, explorando y observando la naturaleza. Su fascinación por los animales se la debe a su familia, que siempre lo apoyó en sus intereses, a pesar de que no compartían su pasión.
A los 17 años, Andaur Zurita tuvo su primer encuentro con un perro callejero que lo marcaría profundamente. El animal, que siempre lo había ladrado cuando pasaba en bicicleta, se hizo su amigo y, desafortunadamente, fue envenenado y murió. Este suceso despertó en él un amor incondicional por la protección de los animales.
A lo largo de su vida, Andaur Zurita ha tenido varias mascotas, pero ninguna ha sido más especial que Tambor, un labrador que lo acompañó en sus aventuras y se convirtió en una estrella de la televisión. Desafortunadamente, Tambor murió a los diez años, y Andaur Zurita lo enterró en Guanaqueros, donde pasaba sus vacaciones de verano.
En su adolescencia, Andaur Zurita descubrió su pasión por la aventura y el descubrimiento de nuevos lugares. Comenzó a recorrer Chile en bicicleta y a registrar sus viajes en video. Esto lo llevó a estudiar periodismo y a especializarse en la cobertura de aventuras y deportes extremos.
A lo largo de su carrera, Andaur Zurita ha tenido la oportunidad de viajar por todo el mundo y de conocer a diversas personas y culturas. Ha escalado montañas, buceado en los océanos y convivido con animales salvajes. Sin embargo, también ha enfrentado desafíos y peligros, como el aluvión que sufrió en el Cajón del Maipo en 1993, el cual lo dejó con una fractura expuesta de tibia y peroné.
A pesar de los riesgos, Andaur Zurita siempre ha estado dispuesto a enfrentar nuevos retos y aventuras. Su espíritu aventurero y su amor por los animales y la naturaleza lo han llevado a ser uno de los periodistas de aventuras más reconocidos de Chile.
En la actualidad, Andaur Zurita se dedica a compartir sus experiencias y conocimientos a través de su cuenta de Instagram, donde también promueve la protección del medio ambiente y la fauna. Además, ofrece charlas y talleres en diversos lugares, incentivando a las personas a conectarse con la naturaleza y a respetar a los animales.
A pesar de su éxito y reconocimiento, Andaur Zurita sigue siendo una persona humilde y cercana. Valora a sus seguidores y siempre está dispuesto a escuchar sus historias y a compartir las suyas. Su vida es una verdadera aventura, llena de emoción, riesgo y descubrimiento, y su espíritu aventurero y su amor por los animales y la naturaleza lo convierten en un verdadero ejemplo a seguir.