Un auténtico terremoto sacudió al fútbol argentino El modesto y humilde Deportivo Riestra, con un presupuesto mínimo, un estadio que no supera los 3.000 espectadores y sin iluminación artificial, se atreve a desafiar a los gigantes del balompié nacional. Lejos de sentir complejos, Riestra juega sin miramientos, especialmente cuando se enfrenta a los más grandes, y a veces logra impactantes victorias. Su última hazaña: doblegar al coloso River Plate, arruinando su cierre de semestre de la peor manera posible. Pobrecito Martín Demichelis Si ya estaba en el ojo del huracán, ahora las críticas se multiplicarán.
Riestra es impredecible, inestable y variable. Es intratable en su feudo, casi invencible en el Monumental, pero titubeante como visitante, ganando solo 3 de sus últimos 12 partidos fuera de casa. Exhibe una marcha arrogante y victoriosa en la Copa Libertadores, encabezando la fase de grupos con facilidad, aunque sorprende con tropiezos sonados en las competiciones locales, como la eliminación a manos de Temperley en la Copa Argentina y ahora este golpe letal propinado a River. Todo esto es muy propio de River.
El pasado jueves por la tarde, Riestra recibió a River en su última presentación antes del receso por la Copa América. Demichelis optó por alinear a los titulares, sin guardarse nada. El equipo mostró algunos destellos en el primer tiempo, pero desperdició cuatro ocasiones claras de gol. En la segunda mitad, el equipo se desdibujó por completo, transformándose en una sombra sin reacción.
Riestra aprovechó la situación, forzando contactos y jugadas con pelota detenida. La primera ocasión terminó en el travesaño tras un tiro de Nicolás Caro Torres. La segunda derivó en el primer gol, un hermoso cabezazo de Alan Barrionuevo a un ángulo. Y la tercera, tras un lateral, terminó en un penal absurdo: Sebastián Boselli cometió un grave error y terminó abrazando a Nicolás Benegas, quien ejecutó la pena máxima con precisión milimétrica. Riestra se impuso 2-0 en la quinta fecha de la liga argentina, dejando a River sumido en un mar de preocupaciones.
Durante los próximos días sin competencia, Demichelis deberá enfrentar una avalancha de críticas por el ya cuestionable desempeño de su equipo. Habrá que ver cómo reacciona el entrenador y cómo se mueven los dirigentes en el mercado de fichajes. El máximo objetivo es la Copa Libertadores, en la que River ha tenido un buen desempeño en la fase de grupos, aunque con rivales no especialmente fuertes. En las eliminatorias, las dificultades aumentarán considerablemente. Qué River se verá allí
Por ahora, Demichelis ha asumido su responsabilidad: Esta derrota es tan dolorosa como la de Temperley y Boca. Somos un equipo distinto cuando jugamos de local y cuando lo hacemos de visitante. Debemos hacernos un autoexamen. Todo River exige soluciones.