Exrector y sociólogo, Vicente Díaz, arremetió contra el actual presidente del Consejo Nacional Electoral, Elvis Amoroso, acusándolo de incumplir la Constitución y las leyes al tomar decisiones unilaterales, sin convocar sesiones, tal como lo denunció el rector Juan Carlos Delpino.
Díaz recalcó que el CNE es un órgano colegiado, donde cada voto tiene el mismo peso, independientemente de quien lo emita, y se requieren tres votos para aprobar cualquier punto. Además, subrayó que cualquier sesión debe ser convocada con anticipación y la agenda difundida con tiempo, para que los rectores puedan estudiar a fondo los soportes de cada punto.
El exrector del ente electoral también destacó que, tras cada sesión, se levanta un acta que debe ser aprobada y firmada por cada rector, y que las decisiones del Consejo Nacional Electoral deben ser publicadas en la Gaceta Electoral. De acuerdo con Díaz, cualquier otro funcionamiento incumple con la Constitución, la Ley Orgánica del Poder Electoral y el reglamento interno del CNE.
Por su parte, el rector Juan Carlos Delpino afirmó que el directorio del CNE no ha sesionado desde el 26 de marzo, cuando se decidió la habilitación de las tarjetas de la Mesa de la Unidad Democrática y de Un Nuevo Tiempo para postular a Edmundo González Urrutia como candidato. Delpino también acusó a Amoroso de haber revocado por su cuenta la invitación a la Unión Europea como observadora en las elecciones presidenciales, a pesar de que existía un consenso en la mayoría.
Delpino lamentó la falta de respeto a las formas en el Poder Electoral y señaló la necesidad urgente de transparentar las opiniones de cada uno de los rectores del Consejo Nacional Electoral. A pesar de la situación, el rector mantiene una buena relación de trabajo con el vicepresidente del CNE, Carlos Quintero, quien, según Delpino, comparte su preocupación por la institucionalidad.
En resumen, el exrector Vicente Díaz y el rector Juan Carlos Delpino acusan al presidente del Consejo Nacional Electoral, Elvis Amoroso, de incumplir la Constitución y las leyes al tomar decisiones unilaterales y sin convocar sesiones, lo que vulnera el carácter colegiado del CNE y pone en riesgo su institucionalidad.