CÁNDIDO NARCOCONDUCTOR CAE EN MADRID
En una impactante intervención, los valientes agentes de la Comisaría Integral del Distrito de San Blas de la Policía Municipal de Madrid pusieron fin al reinado de un joven de 23 años que utilizaba servicios de transporte VTC para mover droga por la capital. Un auténtico narco al volante
La captura de este temerario personaje tuvo lugar hace unas semanas en una zona del distrito donde el fenómeno de los okupas ha alcanzado proporciones alarmantes, con varios apartahoteles invadidos. Los policías, en su lucha contra la delincuencia, llevaban a cabo labores de patrullaje preventivo por la zona cuando detectaron a un individuo sospechoso saliendo de uno de estos inmuebles. Un hombre con actitud vigilante y dubitativa que despertó las sospechas de los agentes
Tras verlo subir a un VTC, los policías dieron el alto al vehículo metros más adelante. El sospechoso, visiblemente nervioso y con el habla entrecortada, entregó una cédula de identidad colombiana y comenzó a dar versiones contradictorias sobre su destino. Un verdadero festival de mentiras
Los policías, sin embargo, no se dejaron engañar y revisaron su mochila, donde encontraron un auténtico arcoíris de pastillas con diferentes colores y cierres herméticos, junto con una bolsa transparente que contenía, según las manifestaciones del detenido, tusi, cocaína, MDMA, ketamina y marihuana. Una verdadera farmacia del crimen
Además, en su poder llevaba una carpeta con 886 euros y un cuaderno con anotaciones a modo de registro de compraventa. Un auténtico contable del delito
Tras ser confrontado, el joven confesó que se dedicaba a transportar pequeñas cantidades de droga de un sitio a otro para saldar una importante deuda que tenía con los dueños de las sustancias estupefacientes. Un esclavo de las drogas
Finalmente, el temerario conductor fue arrestado por un delito contra la salud pública y, en un gesto de colaboración, subió al apartahotel y entregó todas las drogas que había allí. Un final épico para una historia de crimen y castigo en las calles de Madrid