Drama e incertidumbre en la colonia Urbivilla Bonita de Monterrey, Nuevo León, cuando un trágico incendio en una vivienda de la calle Cerrada del Cóndor revela una escena espeluznante Una mañana de sábado, mientras el barrio aún dormía, el fuego comenzó a consumir basura y desechos en el patio de la casa, atrayendo la atención de los vecinos y las autoridades locales.
Los bomberos y las corporaciones de emergencia lucharon contra las llamas, pero una vez sofocado el siniestro, la verdadera pesadilla salió a la luz. En una de las habitaciones, el cuerpo sin vida de un hombre, sin quemaduras ni señales de inhalación de humo, fue descubierto por las autoridades. Un misterio aún más profundo se cierne sobre la identidad de la víctima, ya que los únicos residentes conocidos de la propiedad son dos hermanos con problemas de adicción, Andy y Aarón, de entre 25 y 30 años.
Según los vecinos, la casa se había convertido en un punto de reunión para jóvenes que consumen drogas y almacenan desechos, lo que provocó preocupaciones de salubridad y problemas de convivencia en la comunidad. La presencia de extraños y las actividades sospechosas en el domicilio aumentan las incógnitas en torno al trágico hallazgo.
Mientras las autoridades continúan investigando, la colonia Urbivilla Bonita queda conmocionada por este escalofriante descubrimiento y la búsqueda de respuestas sobre quién era el hombre sin vida y qué lo llevó a su trágico final.